Los hombres se quejan de «la injusticia y el abuso» hasta que son capaces de ganar fuerza. Una vez que este poder está en sus manos, lo usan si es necesario para la comisión de injusticias y abusos
Henry Becque
El abuso de poder conduce a la opresión, a la crueldad, al aislamiento popular, a la pérdida de seguridad. Una realidad palpable en la cotidianidad de la sociedad zacatecana. Somos el estado donde están las dos ciudades con mayor la percepción de inseguridad, donde el gobernador es el peor calificado, donde, en 2022, ocurrieron en promedio 3.5 homicidios por día y desaparecieron 537 personas en el año.
Las y los zacatecanos vivimos con miedo, sentimos que vivimos bajo una especie de gobierno criminal, porque el institucional brilla por su indolencia, ineficacia e ineficiencia. Solo cuando se trata de casos de interés de Verónica Díaz, el elefante reumático despierta. Las tasas de corrupción e impunidad rondan el 100 por ciento.
No pasa una semana sin que ocurra una masacre, desaparezcan personas, agredan a las fuerzas del orden y los negocios, sin importar su tamaño, sean víctimas de cobro de piso y extorsión.
En este triste contexto de violencia e inseguridad desbordados en que vivimos, la mayoría de la población zacatecana, hemos perdido alguien valioso a manos del crimen.
Es mi caso, el 31 de diciembre de 2022, desapareció un amigo de la infancia, Raúl Calderón Samaniego, tres días después encontraron su cuerpo en su domicilio con impactos de bala y muestras de violencia.
Medios afines al actual gobierno intentaron difamarlo al decir que su muerte fue causada por una congestión alcohólica, afortunadamente el enojo de usuarixs de redes sociales tumbaron ese argumento para dar paso a la verdad: fue asesinado a sangre fría.
Desde el inicio su caso se hizo viral, corrió como pólvora por las redes sociales. Por ser ampliamente conocido como un integrante de Los románticos de Zacatecas, por hacerse querer por quienes tuvimos la fortuna de conocerlo.
El martes, el fiscal Francisco Murillo Ruiseco, entregó una solicitud a la Legislatura local para quitarle el fuero a Julio César Chávez Padilla, alcalde de Guadalupe, con una copia certificada de una orden de aprehensión contra él y su esposa por el homicidio de Raúl, los legisladores tienen 10 días para dictaminar.
Sin embargo, es probable que quienes integran la LXIV Legislatura, fieles al tortuguismo que los caracteriza, frenen el proceso hasta el último día, dando ventaja al presunto culpable. Si tienen la consigna de detenerlo, serán capaces de asumir que con ello cavan la tumba de su partido, porque algo tiene seguro Morena en Zacatecas y esque no volverá a ganar elecciones avasallantementecomo en 2021.
Lo cierto es que Julio César Chávez no ha hecho una aparición pública desde el jueves de la semana pasada, no se ha posicionado frente al tema, incluso existe el rumor de que se encuentra fuera del país. Si bien la Ley lo protege con el derecho de presunta inocencia, él no aparecer en público o los rumores de su salida del país no abonan a dudar de su inocencia.
Dicen que para conocer a una persona revístela con poder ilimitado. Si es verdad que Chávez Padilla es culpable del homicidio, nos habla de la descomposición, de la corrupción y alianza que existe entre personas en el poder. ¿Será posible que por ostentar un cargo público y ser bendecidos por quienes se adueñaron de la escena política local se sientan con la facultad de asesinar a quien deseen?
El edil de Guadalupe, siempre presumió de su cercanía con el gobernador, habrá que ver cómo maneja esta cercanía David Monreal. Defenderá lo indefendible o tomará sabia distancia. Lo más probable es que no haga declaración alguna.
Hay casos que se han vuelto mediáticos, otros que no, eso no quiere decir que una víctima sea más importante que otra. Sin duda, todas merecen un trato igualitario y justicia, pero no todas reciben el arropo de la sociedad. Espero que el caso de Raúl sea un parteaguas para el estado, con el que se da un paso para erradicar la impunidad que tanto afecta a nuestra sociedad.