Deflación y criptomonedas

La crisis bancaria de 2007-2009 no se ha resuelto, está ganando fuerza y amenaza con derrumbar al sistema financiero y al resto de la economía mundial, en el contexto de una pandemia que puede verse más como una crisis civilizatoria que como una epidemia. 

El síntoma más claro de la crisis es la deflación. Es el mayor efecto macroeconómico y el más ignorado. La deflación es el fenómeno contrario a la inflación y consiste en la caída generalizada y prolongada del nivel de precios de bienes y servicios. Es una situación generada por el exceso de oferta.

La realidad muestra una narrativa de un sector bancario arruinado, luego de las consecuencias de la crisis del 2007-2009. Las bancas centrales de las naciones, principalmente en Estados Unidos, inyectaron dinero público para evitar el colapso. Rescate que no trajo más empleos y producción como había prometido. Los neokeynesianos – o monetaristas renombrados- insisten en que la política monetaria es la principal herramienta de política económica; sin embargo, ha tenido pobres resultados en la realidad.

A raíz de la crisis bancaria actual el financiamiento público ha rescatado a los mercados financieros y a la mayoría de los bancos más grandes, y no ha aparecido ninguna nueva regulación significativa y mucho menos un cambio obligatorio del sistema financiero. Los bancos han sido revividos, pero solo de forma parcial, mientras que la deflación no se ha evitado.

Si bien existen precios e incentivos que impone la banca central para controlar el comportamiento de los bancos, no existe una obligación legal para que estos solo busquen sus beneficios, y no existe un mecanismo que pueda hacer fluir el dinero a la economía en general.

Criptoeconomía: una respuesta a la crisis

El Bitcoin puede verse como una respuesta de la sociedad a las fallas del mercado financiero. Es una reacción a la percepción de la degradación de la moneda. Es decir, la eliminación de la moneda, y si esa creencia es suficientemente fuerte entonces se convierte en realidad y quita el valor a la moneda dominante, el dólar.

Desde 2013 empezaron a acelerarse las cosas en el ámbito de las criptomonedas. Desde 2018 se estableció el respaldo académico, la preparación física y los avances legales para convertir a las criptomonedas en monedas oficiales de muchos países –el FMI pugna por reformas constitucionales. 

Una forma de asegurar que se completen los cambios y reformas legales es cambiar el mercado para obligar a los gobiernos a reaccionar. Si un número suficiente de grandes corporaciones emplean, la tecnología, entonces los cambios en la legislación podrían impulsarse con mayor facilidad y quienes se beneficiarían serían los bancos privados.

El blockchain se desarrolló originalmente como parte del Bitcoin. Todas las entradas del libro contable serán verificadas por los usuarios en toda la red y se registrarán de forma única. La difusión y el incremento de transparencia generan mayor confianza en los usuarios.

El aspecto más útil del blockchain, serían las tarifas minímas, debido a que ahora los bancos serían intermediarios financieros cobrando una renta tecnológica como lo hace Uber. Como propietarios del sistema de transacciones, los principales bancos tendrían el control de los libros contables y quienes pueden ver la información, creando dudas sobre cómo los consumidores podrían protegerse de actores fraudulentos. 

En muchas operaciones con derivados, un banco actúa como intermediario financiero, conectando las necesidades coincidentes de las contrapartes. Pero, en otros momentos el banco es la contraparte de la apuesta, lo que ha llevado a muchos episodios de fraude en las últimas décadas. Como ejemplo tenemos el banco británico HSBC, en 2013 salió a la luz que realizaba transacciones por miles de millones de dólares para lavar dinero.

Sobre el debate, del lavado de dinero con las criptomonedas, el Bitcoin permite transacciones no reguladas (pero, sí monitoreadas) y sí se puede realizar transferencias ilícitas. Sin embargo, el lavado de dinero tiene fines de lucro. El Bitcoin no tiene ningún mecanismo de ganancia en ésta actividad ilicita, a diferencia de los grandes bancos que si tienen este tipo de mecanismos. 

En el Blockchain, las trasacciones son supervisadas por una “autoridad central”, el único problema será la seguridad de la red, que piratas digitales no ingresen, la tecnología es la clave. Entonces, este sistema financiero no podría ser más transparente. Sin embargo, se argumentará que el Gobierno no es eficiente, ya que el monitoreo externo por su parte llevaría a mayores brechas en la seguridad de los sistemas y los Bancos Privados buscarán hacer transacciones en la oscuridad, evitando los escándalos por este delito.

La agenda para transformar al sistema financiero representa un momento en el que los intereses generales de la sociedad y los particulares de las finanzas entran en colisión directa, así como las teorías económicas que los acompañan. Debemos reformar el sistema de tal manera que pueda ser regulado y proteja el dinero de los usuarios, no únicamente los intereses de la banca privada.

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