Gobiernos transparentes con votos comprados

Por Christian del Havre 

La clave de un buen gobierno se basa en la honestidad” Thomas Jefferson

Palabras van y vienen, acusaciones entre bandos y señalamientos de corrupción en los actores de todos los colores e ideologías, al final una ciudadanía sin rumbo, decepcionada y en búsqueda de inmediatez.

Es cierto que la democracia nos da la alternativa de escoger quien nos gobernara mediante el voto de los ciudadanos, pero ante el bombardeo de spots, propuestas y candidatos producto, es difícil hacer la elección, agreguemos un ingrediente más el abstencionismo, sólo 6 de cada 10 ciudadanos con derecho a voto lo hacen, eso quiere decir que nuestros gobiernos cuando bien nos va, lo eligen entre 3 o 4 ciudadanos de cada 10, atraídos por beneficios inmediatos o sueños y esperanzas por cumplir, que a la vuelta del primer año de gobierno en la mayoría de las ocasiones nos deja con un mal sabor de boca.

Después de un análisis dejaré las cualidades que debe tener un futuro gobernante para saber si llegará a buen puerto su propuesta, además de no estar culpando al pasado de lo que no hizo.

Debe ser una persona ética, integra y honesta; no podemos exigir sistema de transparencia y rendición de cuentas, si quien encabeza el gobierno no tiene esta cualidad, nadie da lo que no tiene y si esa persona no practica la rectitud, será difícil exigirle un combate frontal  a la corrupción; su historial debe estar intachable, al menos debe ser transparente.

Que sea una persona que en el ejercicio de su deber o en su vida personal honre su palabra, para que se comprometa con las causas y trate de cumplirlas; cada día nos quejamos más de los políticos pragmáticos y dualistas, de esos que se les llama chapulines, es necesario buscar personas de una sola pieza con sus valores y principios viene establecidos.

Aunado a estas cualidades buscar a personas que no sean oportunistas, ni manipuladores; esto lo podemos ver en su historial de desempeño, cuando una persona llega a cargos que inflan su ego y cambian el servicio por la petulancia y arrogancia. En redes sociales vemos reflejado los egos.

Desgraciadamente, partidos e instituciones de la sociedad civil han dejado de lado la formación de sus integrantes, por personajes de relumbrón y farándula; con ello la preparación de generaciones nuevas con una visión de la política y el servicio se quedan marginados, por la apuesta a los votos inmediatos, pero a los resultados magros y a la decepción segura de la ciudadanía. No hay una trayectoria comprometida con su pueblo. Y cuando tengamos la oportunidad de tener a candidatos que ya hayan estado en activo en el servicio público debemos analizar el desempeño en sus funciones, para visualizar que hará en el próximo encargo.

El desarrollo de un pueblo siempre será la educación, es la única herramienta que hará posible la movilidad social, en este sentido es necesario buscar no sólo personas preparadas para asumir el cargo, sino también aquellos que se preocupen por la educación y en estos momentos de incertidumbre, la salud.

Ser estadista no significa ser un egresado de una portentosa institución académica, significa ser una persona con un agudo sentido de la realidad de su entidad y solución de las demandas sociales, una persona en constante formación para el mejor servicio de su comunidad, para tener un sentido innovador y vanguardista, que no quede encallado en soluciones antiguas y realidades inservibles.

Buscar una persona abierta al cambio transformador, autocritico y con la autocorrección de sus acciones; que genere acciones encaminadas al desarrollo sustentable, cuidador del medio ambiente y el futuro de las próximas generaciones.

Que en sea una persona con una lucha social y por los derechos humanos constante, que busque la reparación de las injusticias sociales, de lo contrario su discurso será demagogia pura, discursos huercos y llenos de fantasía. No será posible dar soluciones a las más sensibles causas, sino tiene empatía por las mismas.

Sea una persona de dialogo, es decir que busque soluciones mediante el dialogo, la apertura y la altura de miras, una persona que escudriñe en generar soluciones en búsqueda del bien común, más que hacer valer la voluntad caprichosa atropellando instituciones y personas.

Ser un ser humano respetuoso de la ley y las instituciones, una para que procure el estado de derecho, más allá de compadrazgos, amistades o afinidades que tanto han lastimado a nuestro país, ese lastre de corrupción que hoy significa que el 99% de los delitos no se juzguen y que entre el 5 al 10% de lo que producimos se quede en manos deshonestas. Las instituciones nos sirven para construir ciudadanía, para mejorar los gobiernos y vertebrar la sociedad.

Por último que tenga un proyecto definido y concreto, no de ocurrencias, canto de sirenas o fantasías que al final salen costosos, retrasan el desarrollo y buscan solamente la perpetuación de una camarilla o personas en detrimento o pobreza de la sociedad.

Si un candidato o candidata reúne siquiera 5 o 6 de estas cualidades ¿será es suficiente para pensar en una persona merecedora de tu confianza?, como quieres un cambio en el quehacer del gobierno si  la persona que eliges no es digna de tu confianza, pregúntate ¿le dejarías el futuro de tus hijos? Pedimos eficiencia, transparencia y honestidad, cuando se generan transacciones monetarias por el voto.

MIRADAS…

Hay ocho candidaturas para el puesto de gobernador, sé que de éstas solo dos tienen oportunidad de llegar, aun y cuando las encuestas dictan a un posible triunfador; debemos saber que las encuestas ya desde hace algunos años tienen cierto velo de certeza, ya que la voluntad humana es libre, en ese sentido hasta el último minuto del próximo primer domingo de junio podemos saber si la estrategia del manejo electorero de las vacunas, las amenazas de quitar programas sociales o la compra de voto funciona más que la conciencia social, de lo que es mejor para nuestro Estado, al tiempo, la moneda sigue en el aire. 

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