El otro gran poder

Por Christian del Havre

 

La acumulación de todos los poderes, legislativo, ejecutivo y judicial en las mismas manos puede presentarse como la propia definición de la tiranía” James Madison

 

¡Exprópiese!, es el grito favorito de los gobiernos que sin haber hecho el mínimo esfuerzo en generar productividad arrebatan la propiedad y en el mejor de los casos generan obras de beneficio social, pero en un futuro se ve que lapidan los recursos y terminan con la gallina de los huevos de oro, sin producción, sin empresa, cooptando los beneficios para unos cuántos.

 

Un ejemplo palpable del drama de la expropiación abusiva, es la construcción de una obra insignia de este gobierno de cuarta, “el tren maya”, bajo el argumento de utilidad pública y seguridad nacional, se han arrebatado o mal indemnizado extensiones de miles de metros cuadrados en cada etapa para las vías del tren; además del abuso por parte de funcionarios hacia los campesinos y pequeños propietarios, está el drama del desplazamiento de familias; el daño medioambiental por la destrucción de la selva de su flora, fauna y destrucción de áreas sensibles como los cenotes.

 

El problema con las expropiaciones en esta etapa del socialismo del siglo XXI, es que a las empresas que expropian llega la enfermedad que carcome instituciones e individuos: sí la corrupción, acompañada en la mayoría de las ocasiones de su amigo el compadrazgo. Esta fórmula es un veneno para la productividad y el desarrollo, otro ejemplo es que se dijo que en el tren maya no iba existir la tala de ningún árbol, las gráficas no pueden mentir cuando se ve el paso devastador de la maquinaria con millones de árboles tirados, pero lo lamentable de esto es que uno de los hermanos del presidente, ahora es vendedor de maderas preciosas, sí, de esas que solo en la selva se producen; es decir, los explotadores haciendo negocios fifís.

 

El antiguamente llamado ‘paraíso de América’, Venezuela, en 21 años de revolución chavista (aquí le llaman cuarta transformación), más de 5 mil empresas han sido expropiadas o intervenidas por el gobierno, solo sobreviven menos de 3 mil en condiciones muy lamentables, pero que además la mayoría son de primera necesidad como la electricidad, insumos agrícolas, telecomunicaciones, petróleo y una larga lista más, ninguna de ellas es ejemplo de prosperidad y desarrollo.

 

En nuestro país el tema se vuelve más grave porque bajo el amparo de los artículos 27 y 28 de la Carta Magna, se ejecutan las acciones arbitrarias del gobierno argumentando que “las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización” y “los ferrocarriles son áreas prioritarias para el desarrollo nacional”; esto está justificando acciones del gobierno contra privados.

 

Empresas mexicanas como CEMEX y BIMBO en Venezuela, fueron víctimas de estas expropiaciones revolucionarias (aquí les dicen del bienestar); esto daña la confianza de los inversionistas en países donde el gobierno juega con la ley, donde la certeza de invertir ya no es rentable, generando con ello desempleo y falta de desarrollo; aquí en México el gobierno de la república ha generado varios actos de poder, el primero sin ser gobierno, canceló el que sería el mejor Aeropuerto de Latinoamérica y centro de desarrollo de operaciones comerciales; por otro lado la cervecera ‘Constellation Brands’ que sería fuente de empleo en el norte del país; por poco hace de la armadora ‘Tesla’ dejara de tener atractivo en el país.

 

Ya no hago referencias históricas donde el gobierno entre los años 60’s y 80’s, tenía empresas de todo, producía todo y contaba con el control absoluto de la economía, la banca y el desarrollo.

 

La ruta de las expropiaciones, aunque históricamente lo asociamos con la rebeldía del oprimido hacia el abusivo capitalista, ha quedado demostrado que es el poder que tiene el ejecutivo de intervenir en la economía, lamentablemente la mayoría de las ocasiones con mal sabor de boca, dejando muchos devastados y pocos beneficiados, pero es un sello más del llamado bienestar de cuarta.

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