Muertas en vida …

Por Karla Zapata (periodista, activista)

Foto: Colectiva «Sangre de mi sangre»

Mi travesía periodística me ha dado la oportunidad de conocerlas, de escucharlas, en diversas ocasiones incluso acompañarlas; ver su impotencia, su coraje, sus ojos llenos de lágrimas, tal parece que sí, como ellas lo han dicho, están muertas en vida. 

Ante la corrupción, la negligencia, la incapacidad y la omisión del gobierno, las madres buscadoras han dejado sus empleos, han dejado a sus familias, han enfermado, han atravesado todo el país, han investigado, han encontrado, han sido asesinadas, o murieron (de forma natural) esperando volver a abrazarlos. 

Las madres jamás dejarán de buscar a sus hijas e hijos desaparecidos, nunca dejarán de asomarse a la ventana esperando su regreso, porque solo ellas conocen el dolor que provoca tanta impunidad, ante un gobierno que deja mucho a deber, sin políticas públicas eficaces y en donde la revictimización y criminalización agobian la esperanza de tantas familias en todo el país. 

En México, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), el exorbitante número de personas desaparecidas es de 111 mil 547; desapariciones que en su mayoría han ocurrido durante el presente sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (44.21 por ciento de estos registros), quien ha  manifestado el trabajo incansable en favor de las familias, pero quien al mismo tiempo, se ha negado a tener un acercamiento con los colectivos, mostrando total indiferencia. 

En Zacatecas, son más de 3 mil 600 personas que se encuentran como desaparecidas o no localizadas, según la Comisión Nacional de Búsqueda; familias que han enfrentado una lucha diaria ante un sistema nulo de justicia, ante amenazas y temor a también ser desaparecidos o asesinados. 

Desde el 21 de junio de 2017, la señora Elvia Reyes busca a su hijo Luis Antonio de Ávila Reyes, quien, junto a su compañero de trabajo, desaparecieron en el municipio de Loreto, “como se los hubiera tragado la tierra”, me expresó en una de las primeras entrevistas que pude realizarle.

Elvia Reyes, fue consejera en la Comisión Local de Búsqueda de Personas y en reiteradas ocasiones exhortó a las autoridades para visibilizar las omisiones innumerables por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJEZ) pues en el Servicio Médico Forense (SEMEFO), no reconoció los restos que ellas mismas habían localizado en sus jornadas. 

Imagina que llevas años buscando a tu hijo desaparecido, que lo has hecho de manera incansable, que ya recurriste a todas las posibilidades, que comienzas la jornada de lucha en campo, encontrando fosas, encontrando muchos restos que coinciden con las características de tu hijo y donde mantienes un poco de esperanza. Pero nada de ese esfuerzo ha servido, porque a las autoridades no les interesa. 

Porque son las mamás quienes no dejan de buscar ni un solo día, quienes han expresado la esperanza de encontrarlos, aunque sea muertos, pero enterrarlos de manera digna.

Yo me pregunto ¿qué viene con el próximo gobierno?, que esperar ante el hecho histórico de apatía y falta de sensibilidad hacia las familias, hacia los colectivos que se mueven sin apoyos federales y sin acompañamientos reales. 

La lucha de las familias que buscan a sus desaparecidos es inexplicable, tal como el proyecto “Sangre de mi sangre”, el cual busca visibilizar la trata de personas, la desaparición y los feminicidios. Con actividades que reúnen a la sociedad cada domingo en la Alameda Trinidad García de la Cadena de 11 de la mañana 2 de la tarde, buscan la construcción de paz en contra de la guerra y la violencia, tejiendo rafia roja. 

No existen palabras que logren reconfortar el dolor de una madre que ha perdido a un hijo o a una hija, no existe garantía alguna para que puedan regresar; aquí nadie vive con tranquilidad, sin pensar que algún día podremos ser notrotrxs. 

 ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!

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