Por Pilar Pino
El premio Nobel de Economía este año fue entregado a la estadounidense Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard. Lo que reivindica su trabajo, además de reconocer los increíbles obstáculos a los que las mujeres nos enfrentamos en el mercado laboral, es su abordaje de la infrarrepresentación femenina y los menores salarios de las mujeres trabajadoras. Goldin se convierte en la tercera mujer en recibir este galardón, tras 55 ediciones.
El Nobel de Economía ha sido uno de los últimos bastiones masculinos de los premios. Las mujeres hemos roto el techo de cristal -este término se refiere entonces a las restricciones y obstáculos que impiden a las mujeres acceder y/o permanecer en puestos de responsabilidad o de dirección; o en su desarrollo profesional en etapas como el embarazo o la crianza de hijos e hijas-, con el reconocimiento de Elinor Ostrom en 2009, por su Análisis de la gobernanza económica, especialmente en los bienes comunes; y, Esther Duflo en 2019 (junto a otros colegas) por sus trabajos en torno a la reducción de la pobreza en el mundo.
Con datos duros, es decir, evidencia cuantitativa, demuestra lo que muchas mujeres hemos vivido en carne propia: discriminación y penalización por el hecho de ser mujeres en el mercado laboral. El trabajo de Goldin, basado en la investigación histórica de más de 200 años de datos sobre empleo en Estados Unidos, visibiliza las causas de la discriminación laboral por género.
Goldin, neoyorkina de nacimiento, es precursora en el análisis de la brecha de género, es licenciada en Economía por la Universidad de Cornell, doctora por la Universidad de Chicago, forma parte de la prestigiosa Oficina Nacional de Investigación Económica desde hace más de 30 años.
La académica señala que, pese a la modernización, el crecimiento económico y el incremento proporcional de mujeres empleadas durante los siglos XX y XXI, la brecha salarial entre mujeres y hombres a penas se cerró en Estados Unidos ¿Qué podemos esperar en México y Latinoamérica, con economías precarizadas y culturas predominantemente machistas?
Probó que ahora la brecha salarial se da sobre todo entre personas con la misma profesión y situación, porque el gran detonante para la brecha salarial, es si la mujer tiene o no hijos. Sin embargo, la creencia popular es que la brecha salarial es consecuencia de decisiones individuales, por el nivel de educación recibida y la profesión elegida.
Otro descubrimiento, es que con el “presentismo” del hombre ha empeorado la brecha salarial. La presencia en el mercado laboral de las mujeres ha aumentado en los últimos 30 años gracias a la mejora del acceso a la educación; pero, ha aumentado el número de hombres que tienen todo el tiempo disponible para la empresa, provocando que la distribución de salarios entre ellas y ellos, se haya estancado sin mejoras notables.
Claudia Goldin también niega que el origen de la brecha de género fuese únicamente la discriminación, hay más. Según sus investigaciones, creció de manera sustancial con el crecimiento de los trabajos administrativos y de servicios, un nicho del mercado laboral en el que lxs jefes tienden a valorar sobremanera a los empleadxs que más tiempo están en su puesto de trabajo y no necesariamente a lxs más productivos. Fiel a la cultura patriarcal los hombres están desproporcionadamente disponibles para hacer largas jornadas en el trabajo, mientras que las mujeres están desproporcionadamente disponibles para dedicarse a tareas domésticas y de cuidados. Esa, argumenta la galardonada, es la otra cara de la moneda de la desigualdad en la pareja.
En México, según datos del INEGI, las mujeres dedican cerca de 50 horas por semana -más de 8 horas al día-, en trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, contra las 20 horas que dedica un hombre. A esto nos referimos cuando hablamos de una doble jornada laboral, que hace imposible que las mujeres nos desempeñemos equitativamente en el mercado laboral.
Cabe mencionar que los cinco premios originales, en los campos de la física , la química , la fisiología o la medicina, la literatura y la paz , se conceden, en palabras de Nobel, «a quienes, durante el año precedente, hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad». El premio de economía, no obstante, fue añadido en 1968, más de 70 años después de la muerte del inventor sueco, por el Banco Central de ese país. Dicha entidad , financió la creación del galardón, que administra la Fundación Nobel y se concede «en memoria de Alfred Nobel».