El novelón

Por Christian Adalid del Havre

“Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo”
Cicerón

 

El 2023 pasará a la historia por su elección presidencial atípica y adelantada, que dio inicio el segundo semestre de 2021 y desde Palacio Nacional.

Se normalizó la violación de leyes e instituciones electorales al forjar las precandidaturas en Morena antes que en todos los partidos. Sus aspirantes recorrieron todo el país y como nunca antes, el principal promotor y comunicador de campaña, ha sido el propio presidente al general agenda política, contenido e incluso, censurar aspectos que no le convienen.

Movimimiento Ciudadano entró al melodrama (aunque lo niegue) a servir de esquirol, añadiendo, tres características a la campaña presidencial.

Primero, como acto de magia, nada es lo que parece.

Después de meses con un discurso de novedad, de aparentar ser la opción renovada y joven de la política mexicana, el partido que se autodenomina naranja, jugó a ser una opción de cambio en la oposición. A los cuatro vientos gritaban ser aquellos, que habían derrotado al famoso PRIAN, que no se aliarían con ellos por representar lo viejo y caduco, en su discurso, insistieron que irían solos.

Resultó que este partido fundado por un priista, en el que sus cuadros vienen precisamente de los enojos y frustraciones del PRI, PAN y PRD juega a ser la segunda opción para ocupar Palacio Nacional. En teoría, pretende quitar votos precisamente, a los desencantados de la cuarta T y dar un lugar a los jóvenes que con las redes se deslumbran.

Sin embargo, su candidato Samuel García, tuvo que regresar a la gubernatura de Nuevo León. El aborrecido PRIAN ejerció su mayoría en el Congreso Local y votó a un gobernador interino ajeno a los intereses del partido del águila. El sábado, los regios tenian dos gobernadores, uno con licencia y otro interino. A final, la prudencia dominó y el interino renunció para no hacerle más daño a las instituciones.

Con un discurso anti sistémico, MC construyó una cortina de humo color cítrico, que sirvió al final, para que pasara inadvertido que ya van 5 años del gobierno federal y no se ha cumplido ni el sistema de salud como el de Dinamarca, ni somos un país seguro.

Segundo. Todo es efímero.

En un mundo donde reina la pantalla, usualmente se olvidan compromisos y promesas, la memoria es corta. Tras el fracaso de la campaña naciente de García Sepúlveda, cabe recordar su falta de memoria. A inicio de su mandato, en entrevista televisiva se le preguntó si haría lo mismo que su antecesor e ir a buscar la aventura electorera, sin terminar su período. Él respondió con un contundente no.

Esa promesa se la llevó el viento y a dos años de haber llegado, ya lo teníamos como candidato presidencial.
Después de dimes y diretes y el temor de que la oposción exhibiera los trapos sucios de su administración, a punta de jalones, retorna a la gubernatura.

Como pueblo nos ha caracterizado la amnesia y paradójicamente, ese aspirante presidencial comenzaba a sumar adeptos.

Tercero. La ley sigue siendo la moneda de cambio.

Para actuar en política, economía o en sociedad, el ridículo que hizo Samuel el gobernador de Nuevo León y que luego quiso borrar a través de posturas públicas de Mariana Rodríguez, la influencer, tiene una explicación muy sencilla.

Estamos en una época en la que es más importante el show y el carisma, que la propuesta y el análisis de fondo. Lo positivo al final del dia es que se imponga la legalidad, pese a berrinches.
Ya es tiempo que dejemos las novelas para el show televisivo y busquemos que nuestros representantes sean personas con integridad, congruencia coherencia y palabra, sólo así comenzará a tener un nuevo rostro la política.