El despertar ciudadano

 

 

Por Christian Adalid del Havre 

“Este es el camino que hemos elegido, la defensa de nuestros derechos y nuestra dignidad, así como los esfuerzos para no dejarnos abrumar por el sentimiento del odio” Lech Walesa

Hace un par de años inicio una de las manifestaciones sociales que ha perdurado hasta nuestros días. Con consignas como “El INE no se toca” y “YO defiendo al INE”, el 13 de noviembre de 2022 salieron  miles de ciudadanos a las calles a manifestarse en favor de una de las instituciones que ha sido garante de nuestra libertad y consolidación democrática, ante el embate de un poder que ha tratado de dinamitar las instituciones.

El año pasado el 26 de febrero en un Zócalo abarrotado, además de 115 ciudades que  se unieron al unísono de “Mi voto no se toca”, la marea rosa volvió a generar cambios en las pretensiones del ejecutivo, de apropiarse de las instituciones que generan equilibrios y libertad en el poder.

En este sentido vemos como los últimos movimientos que han generado cambios profundos en los países y regiones son los que despiertan los ciudadanos organizados, por un lado en la década de los 80´s ante la crisis del socialismo, nace en Polonia el movimiento Solidaridad, un sindicato que sentó las bases de la caída de ese régimen, en los países del bloque soviético y que generó una transición a la libertad y la democracia.

En 2010, en Túnez, inicio la llamada “primavera de los jazmines”,  movimiento en el que  el reclamo era el cambio de régimen, mayor igualdad y libertad, en un mundo árabe con sistemas políticos  autoritarios.  Las movilizaciones civiles evolucionaron hasta la llamada “primavera árabe”, que generó la caída de personajes de gobierno, entre ellos Mubarak en Egipto y Gadafi en Siria.

Los ciudadanos estamos buscando libertad, seguridad y representación, las voces que se han levantado claman frente a gobiernos que inician democráticos y se vuelven autoritarios, donde un solo personaje es la ley, y con ello gesta  desigualdad, injusticia e impunidad.

Es claro que en  casi seis años se debilitaron instituciones, se dejó de lado la misión del estado como protector y garante de la seguridad pública y privada; se minaron las instituciones de seguridad social y de salud; se abandonó el desarrollo de infraestructura del país a cambio de tres proyectos plagados de corrupción e ineficaces; se dejaron de lado políticas públicas de desarrollo social por la dádiva que esclaviza electoralmente.

Se pretende implementar un sistema político del pasado sin libertades y a manos de un solo hombre, sin instituciones que construyan este país.

En este sentido el próximo domingo 18 de febrero a grito de “nuestra democracia no se toca”, la marea rosa está convocando a los ciudadanos de este país para que salgan y digan basta de la destrucción institucional y democrática, ese domingo sal de tu casa vestido de blanco y rosa, que se sienta el clamor y la solidaridad mexicana, recuerda no hay peor lucha que la que no se da.