Postura de feministas a un mes de la represión del #8M

Zacatecas, Zacatecas a 8 de marzo de 2024

Hoy, a un mes de los terribles actos de represión, brutalidad policiaca, abuso de autoridad y tortura perpetrados contra participantes de la marcha del 8 de marzo en Zacatecas, nos reunimos para hacer eco de nuestra lucha y exigir justicia.

 

Los hechos de ese día fueron una demostración descarada de fuerza destinada a silenciar y amedrentar a las mujeres que se unen para levantar la voz y denunciar la violencia que enfrentamos en todos los ámbitos de nuestras vidas. La brutalidad y el despliegue feroz contra quienes nos manifestábamos pacíficamente no tienen precedentes en Zacatecas ni en México.

 

El gobierno del Estado de Zacatecas no solo perpetró estos hechos de abuso de autoridad de manera artera y cobarde sino que David Monreal Ávila, Gobernador del Estado, ha callado ante nuestras demandas de justicia y destitucion de los servidores públicos, responsables materiales e intelectuales. Rodrigo Reyes Mugüerza, Secretario General de Gobierno, al igual que Arturo Medina Mayoral, Secretario de Seguridad pública, a quienes señalamos como autores intelectuales, no sólo siguen en el cargo sino que discursan un estado de paz que en los hechos no se sostiene.

 

El año de la paz es una burla, no solo para quienes fuimos victimas de tortura y brutalidad policiaca el 8M en Zacatecas, sino para todas las familias que han sido víctimas de graves delitos y violaciones a los derechos humanos como desaparición y feminicidio. Zacatecas es un estado doliente por la violencia generalizada y la paz no se logra por decreto. Llaman a construir la paz cuando tienen las manos manchadas de sangre, sin legitimidad alguna.

 

El dolor de haber sido torturadas sigue presente, el miedo por las amenazas persiste. Sin embargo, apostamos por acudir a las instituciones para exigir justicia. La consigna feminista: no me cuida la policía, me cuidan mis amigas, resuena con fuerza, reflejando el horror que vivimos el 8 de marzo. Gran parte de la tortura fue perpetrada de manera cobarde en las sombras del callejón de las campanas, un lugar al que la autoridad de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas, a pesar de nuestra solicitud, no ha podido acceder para recopilar pruebas biológicas ni obtener todas las cámaras que se encuentran vigilando este lugar.

 

Diez de nosotras presentamos denuncias por privación ilegal de la libertad, amenazas, lesiones, tortura y tentativa de feminicidio. Trece presentamos quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, las cuales han sido atraídas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Estaremos vigilantes de que estos hechos públicos y notorios de abuso de autoridad y tortura concluyan en una recomendación para las autoridades del estado.

A pesar de que fueron las fuerzas de seguridad quienes cometieron estos actos de represión, violando nuestros derechos a la libre manifestación y libertad de expresión, son estas mismas corporaciones las que deben cumplir con las medidas de protección. Imaginen la incertidumbre.

Por ello acudimos al mecanismo de protección de defensoras y periodistas el cual continúa en el proceso para deliberar si nos concede protección. Una realidad que lastima cuando los hechos son notorios e involucran fuerzas policiales lo cual nos pone en un riesgo mayor.

 

Nos hemos dirigido al Alto Comisionado de Naciones Unidas y esperamos su visita a Zacatecas para observar de primera mano las flagrantes violaciones a nuestros derechos cometidas por las fuerzas policiales del estado el pasado 8 de marzo. Acudiremos a los mecanismos de derechos humanos de la ONU y del Sistema Interamericano para informarles sobre la grave situación que vivimos en Zacatecas. Además, presentaremos un recurso ante la función pública para exigir formalmente la destitución de los responsables, tanto materiales como intelectuales, de estos actos atroces.

 

Hoy, más que nunca, reafirmamos nuestro compromiso con la justicia, la igualdad y la dignidad de todas las mujeres. No descansaremos hasta que se haga justicia y se respeten nuestros derechos fundamentales. Ni perdón ni olvido, 8 de marzo no se olvida. ¡Ni una menos! ¡Justicia para todas!