Por Karla Zapata
Hoy, no queda duda alguna de la gran ausencia del Estado Mexicano hacia la niñez. Se mantiene un país sin políticas públicas eficaces para las niñas y los niños, quienes son víctimas de los más crueles delitos.
México mantiene una cultura adultocéntrica que deja de lado los derechos humanos, de las infancias al excluirlas, al invisibilizarlas y al no reconocer sus plenos de derechos; manteniéndolos en total desventaja frente a procesos sociales y políticos.
Hoy 30 de abril, se conmemora el Día del Niño y la Niña en México, luego de que en 1924 fuera firmada la Declaración de Ginebra sobre los derechos del niño; sin embargo, se destaca su gran olvido.
Niñas y niños son víctimas de la más graves violencias. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), diariamente en este país se cometen 7 homicidios en contra de ese sector de la población el 3.6 son homicidios dolosos.
México ocupa actualmente, el primer lugar del mundo en Abuso Sexual Infanti,l de acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 1 de cada 5 niñas y niños han sufrido abuso sexual durante su infancia. Los principales agresores son personas muy cercanas a ellos, como sus padres, abuelos, primos, es decir que la generalidad indica que son víctimas en sus propios hogares, el cual debería ser su lugar más seguro.
No existe una realidad de desarrollo pleno y seguro, pues niñas y niños se desarrollan en contextos de guerra, bajo una crisis institucional de derechos humanos, en donde los gobiernos no cuidan su integridad, ni sus vidas y donde en muchos casos son reclutados por el crimen organizado.
La grave crisis de desaparición de niñas y niños se mantiene con fines de explotación sexual, trabajos forzados, entre otros. Niñas y niños son desaparecidos, torturados y asesinados cada día en este país.
En las marchas del #8M, las niñas y los niños también han salido a marchar, se han vuelto “buscadorxs” de sus familiares desaparecidos, esperando que sus mamás, hermanas, primas, tías o sus madres y padres, regresen con vida.
La niñez está expuesta a hechos criminales, a la revictimización, al abuso, a la discriminación, a los escenarios más crueles y violentos. Nos queda como sociedad ser conscientes y reconocer que son el presente, que nos corresponde voltear la mirada y erradicar esas prácticas adultocentristas y violentas. Quizás algún día sí podamos celebrar el Día de la Niñez, hoy no hay nada que celebrar.