Madres buscadoras, madres privadas de la libertad… ser mamá, hoy

 

Por Karla Zapata

 

Ser madre tiene múltiples significados; no todas tenemos los mismos privilegios, mucho menos las mismas redes de apoyo, no todas lo hacemos igual.

Muchas mamás no tienen nada que celebrar este 10 de mayo, porque en lugar de acudir a un festival de la escuela, de recibir flores o de ir a comer; salen a marchar a las calles a exigir justicia para encontrar a sus hijas y a sus hijos desaparecidos.

Todas ellas, miles y miles de madres en todo el país, se han convertido en “buscadoras”, manteniendo una lucha histórica, mientras se sostiene la indolencia y el cinismo de las autoridades.

¿Qué dolor más grande puede sentir una madre? A ellas les han quitado todo, pero se mantienen en resistencia para seguir buscando, aún con miedo y con incertidumbre, en muchos casos siendo amenazadas, desaparecidas e incluso asesinadas, sin que haya  justicia alguna.

Por otro lado, ser madre también representa para muchas, criar en la reinserción social y aunque es un tema poco visibilizado, también existen mamás en las cárceles de este país quienes viven con sus hijos e hijas en estos espacios, frente a un Sistema de Justicia que no garantiza su maternidad de manera digna, con centros penitenciarios escasos de espacios para un desarrollo pleno hacia la primera infancia.

Ser madre, es enfrentar una sociedad que criminaliza, que juzga, que excluye,   que mantiene prejuicios y estigmas contra las que tienen  hijos e hijas con alguna discapacidad. Tenemos una sociedad que critica a madres que colapsan ante un “berrinche”, sin un mínimo de empatía, sin conocer su contexto, porque simplemente esas mamás, en ese momento, ya no pudieron más.

Porque socialmente nosotras debemos poder, porque “mamá lo puede todo”, aún  después de haber pasado 8 horas trabajando (algunas más), hay que dedicar el resto del día al trabajo doméstico y criar a nuestros hijos e hijas, enfrentando a diario la exigencia capitalista.

Antes de ser madre, somos mujeres, pero resulta que “somos malas mamás” si no cumplimos las demandas sociales, si buscamos un tiempo para nosotras, si pedimos ayuda cuando no podemos más.

Ser madre es hablar de diversidad, es hablar de todas aquellas barreras que nos han limitado para el ejercicio dnula crianzs,  es llorar en soledad, de colapsar, de sentirnos culpables sin serlo (porque algunos así nos lo hacen creer) o de llegar a pensar que no lo estamos haciendo bien.

Nosotras no únicamente somos madres este día, lo somos siempre, pero antes de eso somos mujeres, con derecho a sentir placer, a disfrutar pero fundamentalmente, a estar bien.