Por Christian del Havre
“El verdadero progreso social, no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas”.
Mahatma Gandhi
En un acto que nos recuerda esos del viejo sistema donde se paralizaba el país con tal de escuchar los discursos vacíos o llenos de cifras sin sentido del mandatario todopoderoso, ahora volvió a querer retomar la plaza, sí, el zócalo de la capital del país con sus beneficiarios, paleros, integrantes del movimiento, legisladores y estructura de gobierno.
Con un discurso donde la polarización hizo su acto de presencia como en todo su sexenio, y culpando al pasado para dejar de lado la unidad, el mestizaje y la grandeza de nuestra nación con la rica mezcla cultural que ha dado como resultado el país que somos.
Mencionó que tiene la conciencia tranquila por la misión cumplida al dejar un país más igualitario, seguro, con mejores oportunidades para todos y con la garantía que vendrá un mejor porvenir.
Como el mismo mandatario diría “yo tengo otros datos” o mejor dicho la realidad tiene otros datos, unos que no son alentadores y que mejor dicho, ven como está maquinando un plan para que el estado sea el amo y señor de todo en cuanto a libertades, economía y educación.
Lo primero fue decir que “tenemos el sistema de salud más eficaz del mundo”, que ni siquiera Dinamarca cuenta con algo similar; cuando vemos el desabasto de medicamentos, la sobrepoblación en hospitales, falta de infraestructura y la carencia en la atención, que se refleja en la privatización del sector salud, ya que cada día vemos más personas haciendo filas en las farmacias de los consultorios de la iniciativa privada.
En el tema del crecimiento económico, la promesa era crecer al 6% anual, no se llegó ni al 1% anual en promedio, más allá de la pandemia, ya que varios países resurgieron después de la tragedia en salud, además de que el famoso “nearshoring” no se ha aprovechado y naciones como Vietnam son las que han captado las inversiones de esta guerra comercial, a tal grado, que puede decirse que esta etapa de crecimiento ya se le fue de las manos a México.
Lo que si puede presumir el gobierno es el aumento al salario mínimo en más del 100%, pero esto puede ser engañoso ya que si bien ha generado mayor bienestar, es ficticio a tal grado, que la inflación en alimentos alcanzo el 45% y en transporte el 25%, o dígame usted si ajusta lo mismo que hace un año.
En el mismo tenor económico, anunció con falsedad que el país no se eendeudó, que las grandes obras se han hecho sin recurrir a deuda, pero nada más alejado de la realidad cuando se incrementó en 3 billones de pesos la deuda en estos años, un comparativo más concreto presentado por el Instituto para la Competitividad, dice que la deuda por habitante paso de $109 918.00 en 2019 a $126 818 en 2024.
Un tema que los mexicanos tenían como un castigo lacerante más aún en el sexenio de Peña Nieto, fue la corrupción, el candidato prometió acabar con ella, los otros datos mencionan que no solo no se acabó se incrementó y en todos los aspectos un ejemplo de ello fueron las asignaciones directas sin licitar que pasaron a ser el 80% del gasto público; o los escándalos mediáticos de sus colaboradores, familiares y militantes del movimiento. Debemos recordar esa mañanera donde dijo que “un gobierno sin corrupción no sirve para nada”.
El tema con el que se lucro políticamente por más de dos años fue el caso Ayotzinapa, no solo no se resolvió, fue una consigna de decir que los militares a los cuarteles y la frase “fue el estado”. Pero los militares aumentaron sus actividades en operaciones civiles, desde la construcción de las obras emblemáticas hasta la construcción de los 2700 bancos del bienestar, algunos de ellos inaccesibles. En el rubro de los crímenes del estado, cómo no recordar a los quemados de la estación migratoria en Ciudad Juárez o las 27 personas muertas en el irresponsable manejo del mantenimiento del sistema colectivo metro en la ciudad de México en tiempos de Sheimbaum.
El mayor tema que quedó a deber el candidato aguerrido, el de las soluciones y visión de país, es la violencia, no ha habido ningún sexenio con tal número de muertos y desaparecidos, se dice que en este sexenio tuvimos de 94 a 101 muertos al día, un total de más de 190 mil en el sexenio y los feminicidios esos que se invisibilizan, 10 diarios y 10 de las ciudades de mayor índice de percepción de inseguridad. No se diga el periodismo ya que México es el país más peligroso para ejercerlo a nivel mundial, ni los países en guerra se tiene tal percepción.
Las relaciones internacionales las dejó minadas y con posiciones ambivalentes, ya dio dos pausas a sus relaciones con los principales socios comerciales de América y Europa, Estados Unidos y España; el problema es que interviene directamente en temas de política interna de países con su misma visión caso de Bolivia con Evo Morales y su rescate en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana y por poco en Perú; pero cuando se opina de las afectaciones a los tratados de libre comercio (que si se le olvida, son ley suprema en el país) por sus reformas, aplica la pausa.
En derechos humanos y estado de derecho, nada más que su frase “no me digan que la ley es la ley”, en su gobierno 109 activistas de los derechos indígenas y la naturaleza han muerto en extrañas circunstancias, solo por oponerse a proyectos o políticas que quiso aplicar el gobierno en perjuicio de alguna comunidad o zona protegida.
Algo que si debe quedar claro es que los programas sociales de asignación directa, han apoyado para que la economía crezca artificialmente y por esta razón, siga el dinamismo de consumo interno, pero se está gastando con deuda, espero que cuando llegue el corte de la deuda ya seamos productivos, de lo contrario de ¿dónde saldrán más recursos para el gobierno y sus programas?
Le pregunto apreciable lector ¿Se siente más seguro? ¿Le alcanza para comprar más, ahorrar o disfrutar con sus seres queridos? ¿Se le otorgan sus medicamentos y se le atiende como merece en el sector salud? Finalmente ¿Su situación personal es mejor o peor con este gobierno?
Sigo preguntando dónde quedo ese aguerrido opositor que despreciaba la injusticia, la corrupción, el abuso del poder de la milicia, el que convocaba a la sociedad para apoyar causas sociales, el que buscaría desarrollar al país bajo un modelo de redistribución y aquel que aborrecía la intervención del ejecutivo en las elecciones, quedo en la sombra del recuerdo y se consolidó el gobierno del narrador del cuentos.
En la próxima entrega analizaremos si México va en vías del camino del bolivarismo castrista o es un mero susto de “petate del muerto” de la oposición.