Anticipan destapes con el gasolinazo

  • Las familias que han controlado los 100 años del petróleo

    Flavio Vidales/ La Cueva del Lobo

    México negociará ‘sin miedo’ con Trump, afirma Videgaray

    El titular de la SRE aseguró que nuestro país actuará con dignidad y con inteligencia, abriendo sus puertas al diálogo y a la negociación para defender los intereses de México y los mexicanos.

  • ‘Menos alarma y más información’, pide cónsul de México en Los Ángeles

    Carlos García de Alba, cónsul de México en Los Ángeles dijo que la red consular de México se ha convertido en un ejemplo de protección.
    Marcelino Perello describe De pretextos, contextos y subtextos

    Con tantas cosas apasionantes que suceden en el mundo, no deja de ser deprimente estar atrapado por la realidad más cercana, banal y mezquina, pero al mismo tiempo amenazador e ineludible. Inexcusable.

    El tal gasolinazo será motivo de muchas otras cosas, pero no de los desmanes callejeros y periodísticos. En ese caso se trata de un simple pretexto. Así sin comillas. De un pre-texto, de aquello que precede el discurso y aparentemente lo justifica. Y digo simple no porque sea inocente, sino porque es obvio, porque no es más que una coartada.

    Los múltiples tumultitos precisaban de un pretexto y lo encontraron en el contexto. En el entorno político y temporal. Desde mucho antes de asumir la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto ha sido sometido a un intenso fuego graneado, procedente de quién sabe quién y con quién sabe qué —ora sí— motivo. Ya lo he discutido aquí en más de una y en más de dos ocasiones. La maquinación la tengo clara. Sus autores y propósitos no.

    El 20%, pues, les proporcionó una buena coartada. No puedo decir que les vino como anillo al dedo porque de plano es más bien raspa. Muy forzado. Podrían haber encontrado otra mejor. O por lo visto no.

    En todo caso parece haber funcionado dos tres. Hasta dónde llegará quién sabe, pero no promete grandes perspectivas. Es una maniobra muy socorrida en el mundo y en la historia. El caso más reciente que me es familiar es el de Brasil, que tuvo éxito y se saldó con la defenestración de la presidenta Rousseff.

    El gatuperio comenzó, igualito que en México, mucho antes de que Dilma asumiera. Inicialmente lo armaron los sectores más ligados al PSDB de Aécio Neves y al PP de Paulo Maluf, directamente supeditados a los intereses de las grandes multinacionales, sobre todo petroleras y ganaderas. Armaron el “descontento popular” movilizando todas sus palancas, influencias y operadores. El objetivo era no tanto la destitución de la primera mandataria sino únicamente el de someterla, de doblarle las manos.

    Al no conseguirlo debieron recurrir a la fantochada parlamentaria de inhabilitarla.
    Participaron otros sectores entre sus inspiradores ofreciendo negociar favores a todo agitador lacayuno. Vertieron infundios confeccionados a modo en algunos barrios de urbes juzgadas opositoras.

    El pretexto y el contexto, pues, nos son familiares. Y también debería sérnoslo el subtexto, es decir aquello que subyace, que explica, induce y da sentido a los otros dos. Y el sentido que les da —permítame el pleonasmo, indulgente y clarividente lector— es el de apoderarse del poder

    Héctor De Mauleón de la mano con la historia

    Desde 1915 no ocurría en la Ciudad de México una ola de saqueos como la que acompañó el llamado “gasolinazo”. Ese año, el peor de la Revolución, los ferrocarriles que se habían destinado al transporte exclusivo de las armas y las tropas dejaron de traer alimentos a la capital.
    La gente lo iba a recordar como el año del hambre. El año en que todo colapsó.

    Las cosas, como siempre, llegaron en cascada. La caída de Victoriano Huerta a mediados de 1914, y la posterior entrada y salida de tropas obregonistas, carrancistas, zapatistas y villistas, definieron en la Ciudad de México un clima de incertidumbre que comerciantes y abarroteros no tardaron en aprovechar.
    A la escasez de artículos que la Revolución había generado se fueron sumando el acaparamiento, el ocultamiento, el alza de precios y la voracidad.

    El año del hambre hizo que en la Ciudad de México se acabaran los perros, los gatos y los árboles. A unos se los comieron; a otros, los hicieron leña para llevarla a las cocinas.

    Es el antecedente más cercano de los días que vivimos. Pero allá eran el hambre y la revolución. Y acá, de momento, el encono político, una mano negra que dispuso los disturbios a través de las redes y de misteriosas hordas de encapuchados (a los que de manera vergonzante siguieron los vecinos), y también un gobierno torpe, débil, sin oficio, sin legitimidad y sin tacto.

    Las semillas de la ira –sembradas por- Raymundo Riva Palacio

    Peña Nieto no entiende que es un presidente altamente impopular y que está pagando el desprecio con el que a lo largo de sus dos primeros tercios del sexenio trató a todos sus aliados, sobre todo aquellos que lo ayudaron a llegar a la presidencia: el PRI, los empresarios y las clases medias. Haberlos alienado tiene sus consecuencias. Lo han dejado solo.
    No se sabe si seguirá despertándose el México bronco de Reyes Heroles, o habrá una despresurización social natural, que vaya más acorde con la pasividad y la apatía mexicana de las últimas generaciones. Lo que sí se aprecia es que hay un despertar, social y político, que va por Peña Nieto.

    Pactos históricos, Macario Schettino

    Si no consideramos el pacto que, a la muerte de Obregón, permitió a Plutarco Elías Calles construir el Partido Nacional Revolucionario, en la historia moderna de México hay sólo dos pactos. Uno, entre el gobierno y los factores productivos, en un entorno todavía de partido hegemónico; el otro, entre las fuerzas políticas, haciendo de lado a esos mismos factores productivos.
    La respuesta es una especie de pacto similar al de hace treinta años, sin medidas claras ni mucho interés de los asistentes ni partido hegemónico. Y aquí les pregunto: ¿Ustedes que hubieran hecho?
    Fuera de broma, el gobierno está en una situación complicada, porque las bases del viejo sistema político se han derrumbado paulatinamente, dejando sólo el cemento que las unía: la corrupción. No hay político en México que tenga más de un tercio de intención de voto, o lo que es lo mismo, dos tercios de la población en contra.
    Dicen algunos que es un error de comunicación, pero si usted recuerda, esa misma crítica se ha escuchado desde los tiempos de Zedillo. Y es que no hay control alguno de la agenda pública, porque las redes sociales lo impiden (en todo el mundo, acá también).
    Ramón Alberto Garza de Reporte Índigo, destaca la postura de Coparmex, para reclamar:
    “Los mexicanos necesitan urgentemente un liderazgo que ponga la mirada en los temas relevantes…
    “(Un liderazgo) que con serenidad los afronte sin miedo, con cambios de fondo…
    “(Un liderazgo) que genere consensos sociales en todos los sectores. Que verdaderamente coloque a México como prioridad”
    ¿Cuál era la urgencia de anunciar algo que a todas luces no estaba planchado? Si los asesores presidenciales conocieron por anticipado la postura de la Coparmex, ¿cuál era la necesidad de continuar con una charada?
    El primer mandatario amanece hoy con un nuevo frente abierto: el de los empresarios. Y se suma a los que ya tiene con la Iglesia, con la oposición, con la mitad de su partido –el PRI–, con la mitad de sus Fuerzas Armadas, pero sobre todo con más de un 75 por ciento de una ciudadanía que se siente indignada y pisoteada.
    Un día anterior dibujó el juego del poder
    El incendio acaba por estallar cuando esa llamarada entra en contacto con la hoja seca, que es la indignación popular.
    Para quienes advierten que se trata de una operación desde el gobierno, dicen que se trataba de sembrar el miedo para boicotear la marchar nacional en contra del gasolinazo, convocada para el sábado 7 de enero.
    Para los que dicen que se trata de una disputa política con posicionamiento para el 2018 ubican en dos posibilidades el origen.
    La primera, la del llamado fuego amigo, la de una disputa desde adentro del mismo gabinete y/o de facciones antagónicas del PRI, convencidos de que el sexenio Peña Nieto ya no dio para más y hay que asestarle golpe o derrocarlo.
    Los efectos del retorno de Luis Videgaray al gabinete –y en consecuencia a la carrera presidencial 2018- combinados con la indignación política que provocó la despedida “de chacha” que se le dio a Claudia Ruiz Massieu, sobrina de Carlos Salinas de Gortari, alimentaron los conflictos dentro del priismo y del peñismo.
    Y si lo dudan, enlisten los estados mas “saqueados”: el Edomex de Eruviel, el Veracruz de Yunes, el Chiapas de Manuelito Velasco y el Nuevo León de “El Bronco”. Todos factores clave en la carrera presidencial 2018.
    La segunda, que sea fuego enemigo, la de grupos históricamente antagónicos al PRI y ahora en particular al gobierno de Peña Nieto, que ven en el gasolinazo la oportunidad final para capitalizar la indignación y acabar con lo que queda del régimen.
    Pero aquí se inserta también el factor 2018, porque el principal destinatario para el descrédito por la desestabilización es a Andrés Manuel López Obrador, a quien por cierto es el último a quien le conviene la anarquía cuando las encuestas lo instalan inevitablemente a instalarse en Los Pinos.
    Por lo pronto, observamos una ausencia y una presencia en los saqueos por el gasolinazo.
    La ausencia, la de Miguel Ángel Osorio Chong, quien en su calidad de responsable de la inteligencia y la seguridad nacional no haya dicho hasta hoy “esta boca es mía”.
    Y la presencia, el ciberdestape de Carlos Slim para la carrera presidencial del 2018. La fabricación en redes de un Donald Trump a la mexicana. Así, o mas claro.
    Entran y salen de la CDMX
    El líder nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, consideró que la panista, Margarita Zavala, sufre de amnesia pues se le olvidó que durante el gobierno de su esposo, Felipe Calderón, el precio de la gasolina subió 70 por ciento.
    En el colmo de la hipocresía, la esposa de Felipe Calderón dice que el gasolinazo de (Enrique) Peña Nieto es el peor que se haya registrado en la historia reciente. Se le olvida que cuando su esposo detentaba la Presidencia de la República, la gasolina aumentó 70 por ciento”, expuso en un video que difundió a través de Facebook.
    Enfatizó que falta poco para que haya un cambio del poder, pues la opción es Morena para acabar con la “pesadilla” de los gobiernos del PRI y del PAN.
    Así lo precisó un día después de que Margarita Zavala difundiera un video en el que afirma que en los gobiernos del PAN nunca se utilizó el precio de las gasolinas con fines recaudatorios y que el presidente Enrique Peña Nieto “piensa que la indignación es sólo resultado del gasolinazo, pero se equivoca, la indignación es también por el abuso, la mentira, la injusticia, la corrupción».
    Asimismo, en su cuenta de Twitter, López Obrador recalca que el expresidente Felipe Calderón quiere reelegirse a través de Margarita Zavala.
    Calderón busca reelegirse con su esposa… y (Miguel Ángel) Yunes a su hijo. Nepotismo y vil corrupción”, escribió.
    Enrique Aranda: Slim o el desprecio de la política…
    El fenómeno (proponer al ingeniero Carlos Slim como presidenciable) constituye una evidencia irrefutable más de hasta dónde llega ya el hartazgo social.
    09 de Enero de 2017
    Al margen de lo que de anecdótico o, a decir de no pocos, premonitorio, pudiera existir en la explosiva viralización del mensaje que, en medio del (inducido) vandalismo y actos de saqueo promovidos al amparo de la protesta contra el gasolinazo, sugería postular al mandamás en Telmex-Telcel, el ingeniero Carlos Slim Helú, como Presidente de cara al 2018, lo cierto es que el fenómeno constituye una evidencia irrefutable más de hasta dónde llega ya el hartazgo social contra el (los) gobierno(s) y, más, el desprecio hacia los partidos, todos, y los políticos en general.
    Luego de que, la mañana del jueves, Telesur, una pequeña cablera propiedad de Mauricio Castillo, con presencia en Yucatán y Campeche, subiera a las redes un video —Nos toca decidir a quién recurrir— con la singular propuesta, destacando en ella las virtudes del empresario considerado uno de los hombres más ricos del mundo —“no va a robar, no tiene compromisos, es el antídoto a Donald Trump, tiene prestigio internacional, es un líder mundial, hace más por México que los políticos…”, y otras— y de que en escasas 48 horas el mismo alcanzara algo más de diez millones de reproducciones, amén de dar paso a la generación de toda suerte de hashtags —#SlimparaPresidente o #AnímateSlim— el asunto se tornó motivo de análisis y reflexión para quienes pretendieron ver en el mismo un movimiento político orquestado… algo que, al menos en un primer momento, no parece tener fundamento.

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