La supuesta » Supremacía Constitucional»

 

Por: Claudia Anaya Mota

 

La noción de supremacía en el contexto de la reforma constitucional de 2011 en México,  estableció que los tratados internacionales y convenciones, tienen un estatus equivalente al de nuestra Constitución, lo que implica que todas las normas deben interpretarse bajo una óptica tanto constitucional como convencional.

Por lo tanto, no debería existir una «supremacía constitucional», ya que nuestra Carta Magna se encuentra a la par de estas normas y acuerdos supranacionales, reitero.

Sin embargo, el Congreso de la Unión ha aprobado una reforma que se ha popularizado como “Supremacía Constitucional”. Esta reforma establece que las iniciativas y reformas impulsadas por el Poder Ejecutivo, así como por los diputados y senadores a nuestra Carta Magna, no pueden ser cuestionadas ni impugnadas por ninguna figura legal.

El uso del término “supremacía” es inquietante porque sugiere un poder absoluto. Esta es la palabra elegida por la mayoría oficialista para describir su propia reforma, cuya esencia es que ningún otro poder del Estado, ni los ciudadanos, ni los estados, pueden ampararse contra las leyes que se están aprobando, incluso si estas atentan contra derechos fundamentales.

La Suprema Corte ha establecido que la irretroactividad solo aplica cuando se amplían derechos humanos, pero nunca para restringirlos. Desafortunadamente, esta mayoría legislativa ha impuesto su “supremacía” no solo en el Congreso federal, sino también en los congresos locales. Las leyes son aprobadas a una velocidad alarmante, sin un análisis adecuado de sus implicaciones. Esto sugiere que las aprobaciones estatales son meras consignas y no un ejercicio consciente del deber legislativo.

Estamos retrocediendo a una época donde una mayoría aplastaba a las minorías, a la oposición, sin darles voz ni espacio. En tiempos del partido único y hegemónico, se obedecían sin cuestionar las reformas del presidente; hoy, MORENA y sus aliados intentan justificar sus atropellos bajo el pretexto de dar vida a un “mandato del pueblo”.

Es fundamental que las minorías y quienes representamos a los ciudadanos que no comulgan con MORENA, mantengamos nuestra lucha. Debemos seguir presentando argumentos y análisis sobre las decisiones tomadas desde la aplastante mayoría morenista, porque las consecuencias de sus errores y sus decisiones, nos afectarán a todos por igual.