Bastante controversia ha ocasionado la nueva reglamentación publicada por Gobierno del Estado apenas el pasado 18 de enero en el Periódico Oficial, sobre los nuevos lineamientos para contratar publicidad mediática. Sin duda lo que más ha “calado” de esta nueva forma de hacer las cosas es, que el gobierno pugna por recuperar el poder que había cedido a la oligarquía informativa, quienes se despachaban con la cuchara grande. El hecho de que un medio impreso se llevara mensualmente más de un millón de pesos, contradecía por mucho a la política del buen uso del recurso público, en un estado como el nuestro con carencias sociales aberrantes. Sin duda, si se analiza, la táctica de Gobierno tiene muchos pros, pero también está plagada de contradicciones en la práctica.
El auge del Internet cambió la jugada
Si bien es cierto que los medios tradicionales siguen teniendo peso político, la entrada del internet a la vida social, provocó grandes cambios. Sin duda, como dijo T. S. Elliot “cuando aprendemos a nombrar algo, ese algo ya no merece ser nombrado o ya es algo distinto”. Y es que, la dinámica ha cambiado, ya que de acuerdo al informe sobre audiencias y medios del Doctor Sergio Octavio Contreras, el medio de información al que más acuden los zacatecanos que viven en la zona conurbada es el internet (www.etcetera.com.mx). A la estrategia de medios formulada por esta administración la realidad actual, le cambia el paradigma. Ante la metamorfosis que sufren los sistemas de comunicación con el boom del Internet, urgía replantearse el impacto real de los medios tradicionales.
La intención “teórica” del nuevo Lineamiento de Comunicación Social
Pero, antes de que empiecen los trancazos –Tin-Tán, dixit- vamos diseccionando el asunto desde el punto de vista de lo que debería ser, no de lo que es. Como ustedes saben –porque sé que saben- el sistema informativo se ha viciado a tal grado que ahora carga un desprestigio de grandes proporciones y no está mal reconocerlo, ganado a pulso. La relación medios-gobierno debió ser siempre un mecanismo mediante el cual la información sobre servicios, programas y sus mecanismos, pudieran llegar a la población y así ésta, hacer uso de ellos, es decir, dar información no coercitiva sin favorecer políticamente a nadie. ¿Pero qué pasa? ¿Dónde –valga la alusión bartlettiana- “cae el sistema”? Sencillo, cuando ese acuerdo comercial, patrocinado con recursos públicos ensalza intereses individuales con aspiraciones políticas, inmediatamente “jode” el sistema.
Gobernador ni funcionarios cumplen artículo 134
La delgada línea entre informar y servir a intereses políticos es la causa del desprestigio de los medios, y es también, en teoría lo que se quiere erradicar con los nuevos lineamientos de Comunicación Social. ¿Por qué oso (de osar) “enmendarle la plana” a nuestro sufrido Gobernador, y su cacaraqueada intención de divorciarse de las prácticas corruptas de los que sí son políticos? (porque él, aunque viva de la política, insiste en que no es político). La prueba está dada, ya que en éstos casi 5 meses de gobierno, la realidad sigue siendo la misma, en el sentido de que sigue usando el dinero del pueblo para promoción personal. Y es que, mientras el artículo 134 se pronuncia por erradicar prácticas como la autopromoción, el gobernador y sus funcionarios siguen apareciendo en medios y seguramente más de uno del gabinetazo, nos dará la sorpresa de su postulación en el 2018, ¿Entonces somos o no somos?
No todo es blanco o negro
En lo personal hay puntos que me parecen atinados de la estrategia de medios, no tengo nada en contra de la transparencia porque es necesario acabar con el uso indiscrimidado de recursos públicos que favorecen a unos cuántos. Es absurdo que la función social de los medios haya caído en una función coercitiva políticamente. En un sistema capitalista es lógico que los acuerdos publicitarios sean regidos por la oferta y la demanda. Esas nuevas formas benefician también a los medios, cuya credibilidad se había empañado.
Pero ¿Funcionará?
El reto de la administracion de Alejandro Tello es enorme. Ya que habrá de empatar en la práctica los resultados de inversiones millonarias en los medios tradicionales, como la radio y la televisión que ya no son la principal forma de llegar a las audiencias. En poco tiempo sabremos si el gobierno está dispuesto a pagar el precio y a cumplir la ley (eso sería lo ideal) aún contradiciendo lo que espera su partido y los funcionarios que aspiran a seguir viviendo del erario. Si Tello logra el amasiato entre lo que dice y lo que hace, seré la primera en tragarme mis palabras y reconocer que en efecto, es “diferente”. Ya veremos, feliz inicio de semana.