El despertar de la Generación Z

 

Sobre la pluma: Christian del Havre es politólogo  y capacitador certificado en SEP Conocer.

 

 

➡️ “La Generación Z no quiere jefes… quiere líderes que inspiren, no que manden.” — MLS

De manera inesperada, ha surgido un movimiento social que pone en jaque al régimen de Morena. Una generación empuja con fuerza desde las redes sociales, articulando un mundo distinto: individual, libre y con identidad propia. Con convicciones firmes y valores definidos, esta generación —también conocida como «centennials» o «zoomers»— incluye a quienes nacieron aproximadamente entre 1996 y 2010. Se trata de nativos digitales, con un dominio natural de internet, dispositivos móviles y redes sociales.

Son jóvenes de entre 15 y 34 años que buscan respuestas y soluciones efectivas. Representan cerca de la mitad de la base poblacional, con un 15% de hombres y un 17% de mujeres. Además, constituyen el 37.2% de la población económicamente activa (PEA) en el rango de 15 a 24 años, lo que los convierte en la fuerza viva del desarrollo nacional para las próximas dos décadas.

Desde el sexenio anterior se reconoció la relevancia electoral de esta generación, lo que motivó la creación de programas sociales enfocados en ella. Ejemplos de ello son:

– La Beca Universal para el Bienestar Benito Juárez de Educación Media Superior, dirigida a estudiantes de entre 14 y 21 años inscritos en instituciones públicas.

– La Beca para el Bienestar Benito Juárez de Educación Superior (Jóvenes Escribiendo el Futuro), para estudiantes de licenciatura o técnico superior universitario.

– El programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que ofrece capacitación laboral a personas de entre 18 y 29 años.

Estas iniciativas revelan la apuesta electoral del régimen por cooptar a la juventud. Sin embargo, el resultado ha sido un fracaso: en 2025 se han destinado más de 114 mil millones de pesos, y para 2026 se proyecta un gasto aún mayor. Esta dispersión de recursos parece más una estrategia para formar un ejército electoral joven que una política de desarrollo sostenible.

La Generación Z está mejor informada y tiene acceso a múltiples fuentes gracias a internet. Por ello, resulta preocupante la reforma propuesta por Morena, que busca intervenir en los contenidos digitales y restringir el acceso libre a la información. Esta intención se da en un contexto donde el régimen ha sido exhibido por casos de corrupción, tráfico de influencias y vínculos con el crimen organizado.

Aunque esta generación recibe transferencias directas, el gobierno no ha generado oportunidades reales de empleo ni de desarrollo profesional. Las opciones de trabajo remoto o vía plataformas digitales no han sido suficientes para garantizar su estabilidad económica.

La falta de movilidad social y física representa un obstáculo grave. Morena no ha creado las condiciones necesarias para fomentar el ascenso social, y la inseguridad limita la movilidad física, esencial en un mundo cada vez más interconectado.

Finalmente, la ausencia de representación política y de oportunidades para esta generación, frente a un régimen que se muestra cínico, corrupto, represor, autoritario, irresponsable e ineficiente, ha encendido una chispa. El próximo 15 de noviembre podría marcar el despertar de una generación que decide participar, incidir y cambiar el rumbo de un país arrastrado por la vorágine del populismo latinoamericano.

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