A quien mentarle la madre

Faltan 31 días para el segundo informe de David Monreal. En pocos meses, el “gobierno de la transformación” arribará a su tercer año.  Parece increíble, pero estamos a poco de llegar a la mitad de este viacrucis que encabeza, según palabras de Ricardo, su hermano «el más inteligente de los Monreal”.   Y es que,   para sorpresa de nadie, esta administración superó en todos los ámbitos negativos a al quinquenio “diferente”. Quienes pensaban que el gobierno del priista Tello no tendría competencia como el más abúlico de la historia reciente, se equivocaron.   

No es casual que el encargado actual del ejecutivo, sume meses como el peor evaluado del país.   Encuestas de empresas demoscópicas como Mitofsky, Arias Consultores y el Ranking de gobernadores, lo colocan en ese lugar.  Además, según la última empresa, el gobernador de Zacatecas es percibido como el más corrupto a nivel nacional desde que empezó a aparecer en la medición.  En agosto, por ejemplo, la muestra del Ranking le da el primer lugar en esa variable porque el 85 por ciento de la población así lo evalúa.  

¿Era de esperar?  Sí. Desde antes de llegar al puesto se conocía la condición brumosa de su reputación.  Zacatecas se autoinmoló en 2021 al optar  por quien había sido señalado de corrupción en su encargo de coordinador General de Ganadería. En estos lares habían  trascendido cuestiones  como el pteclaro hallazgo de 14.5  toneladas de marihuana en una bodega de su familia en Río Florido cuando aún era alcalde de Fresnillo, hecho desmentido de forma deficiente.    Pero los zacatecanos decidieron ignorar  las banderas rojas.  340 mil 934 personas pensaron que nada podía salir mal y tacharon su nombre en la boleta del proceso electoral pasado.

La honestidad no es el único aspecto en el que están  reprobados él y su gobierno. A dos años de gestión,  tiene muy poco qué presumir de avances en otras materias. Si hablamos de cifras del INEGI, el 2022 fue el peor año de la historia reciente para esta tierra. Se logró colocar al estado -más allá de la percepción de inseguridad de ciudades Fresnillo y la mancha urbana que conforman Zacatecas y Guadalupe- como el de mayor tasa de victimización a nivel nacional. 

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022, superamos la cifra de 2018 cuando  la tasa de victimización fue de 89.5 por ciento. Según los porcentajes históricos anuales de 2011 a 2022, el último año la tasa de victimización llegó 90.9 por ciento. 

No es el único dato de ese organismo que llama La atención.  También el INEGI en su Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), da cuenta de una insólita reversa en ingreso de los hogares del estado en 2022.

El año pasado, el ingreso promedio de las familias fue 501 pesos menor que en 2020. Es decir, que le fue un poco mejor a las familias, en plena pandemia de Covid-19, pese a que se paralizó la economía.  Y esos son solo dos botones de muestra, los nulos resultados en turismo, campo, infraestructura y empleo, son más evidentes. En resumen,  habrá poco que informar el próximo 8 de septiembre.

Además, se ve muy difícil que la entidad supere el atraso que la coloca   de manera crónica, a nivel nacional,  como el Chiapas del centro norte. Del personaje que estará todavía un largo tiempo al frente del gobierno  poco se puede esperar. Hasta hoy,  la única asignatura que cumple a cabalidad, es la de cubrir la necesidad ciudadana de tener a la mano a quien mentarle la madre. Hasta el viernes. 

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