Donald Trump se ha convertido este miércoles en el tercer presidente de la historia estadounidense que se verá sometido a un impeachment.
Una Cámara de Representantes completamente dividida aprobó llevar a Trump a juicio en el Senado por abuso de poder y obstrucción del Congreso a raíz de un escándalo de presiones a Ucrania para obtener beneficios electorales.
Tras un debate largo y hosco, por momentos teatral, la mayoría demócrata votó a favor de los dos cargos, mientras los republicanos lo hicieron en contra, en un claro reflejo de lo partidista, casi tribal, de este proceso.
Los fundadores de la Constitución lo idearon para destituir a un mandatario en caso de “delitos graves o faltas”. Sus herederos lo han transformado en una guerra sin cuartel.