Por Norma Galarza Flores
Al emperador de la antigua Roma, César Cáligula le molestaba de tan forma que cualquier ser humano le viera la calva, que hizo encarcelar y torturar a varios que osaron cometer ese delito… Ese caso me recordó a un personaje que manda en esta aldea, que no tolera ni la más mínima expresión de crítica, y que, encerrado en su mundo fantástico, ha olvidado que la crítica se puede usar de forma constructiva y de ella se puede aprender…
Supongo que la mayoría están familiarizados con lo que sucedió el pasado fin de semana, cuando jóvenes estudiantes de la UAZ, tuvieron a bien increpar a nuestro guapo Mirrey, digo Miguel, con preguntas sobre su trabajo al frente del Gobierno Estatal, esta situación, a juzgar por la fotos lo puso casi verde de coraje. Y es que, lo que reprochaban los muchachos era entre otras cosas, la falta de obra, asunto que aunque se quiera ocultar salta a la vista.
Pero ¿Por qué molestarse por un reclamo que el pueblo tiene todo el derecho de hacer? ¿acaso no es un ser humano que, al vivir en sociedad esta expuesto a eso?. Y pero aún, es un empleado de todos nosotros ¿no? ¿ya se le olvidó que llegó al puesto a través de la democracia?
Al amparo de los acontecimientos , uno puede decir que MAR no aprendió nada de su sensei Ricardo Monreal, porque es un hecho que el mayor del clan Monreal no solo es un hombre muy astuto, es un político muy hábil, que ha aprendido a tolerar las críticas.
Pero ¿Qué tan responsable es el Gobernador, si la corte que suele rodearlo le pinta una realidad tan distinta a la del resto de los mortales que se es fácil creérsela . O ¿acaso será tan buen actor para decir sus discursos de forma tan convincente?, que en Zacatecas desde que él llegó se ha erradicado la pobreza extrema y que casi casi somos un estado del primer mundo, que el desempleo es un mal, que nuestro bello estado no padece más, que las calles ya no tienen un solo bache (y daale con los baches). Y así, más y más sueños guajiros de los cuales no somos partícipes.
Nuestros gobiernos (y no hablo sólo del presente, ni del local) están acostumbrados a rodearse de tanto lujo, que es imposible no adoptar la idea que esa es la realidad común. Porque los lugares de trabajo para este grupo, no son simples oficinas como las de el resto de los mortales que tienen la suerte de tener un empleo, son imperios donde impera la ostentación. Por ejemplo la controvertida Casa de Gobierno, que antes era un lugar para oficinas, ahora es una mansión de 20 millones de pesos con SPA, donde al gober se le trata “a cuerpo de rey”, entonces ¿así como no evadirse?
Sin lugar a dudas no podemos aspirar a que nuestros gobernantes entiendan las carencias del pueblo, si no viven su realidad. Mientras el lujo, el exceso y la lambisconería sean el modus vivendi de nuestros representantes, olvídense de que la administración pública se maneje de forma eficiente. Nuestros políticos no están acostumbrados a estos “desplantes” del pueblo, los hemos acostumbrado a tratos de celebridades, a tratarlos como a seres místicos, casi casi. La psique colectiva ha colocado una aureola de divinidad en sus cabezas, de ahí que el mundo virtual donde todo es perfecto, resulte tan difícil de dejar… por suerte, expresiones de protesta como la de los jóvenes de la UAZ, parecen estar diluyendo esta mala costumbre…Al aún gober, lo que resta decirle es: relájate, finalmente esto ya se esta acabando…