Contramarcha: Desplante autoritario

El pasado 13 de noviembre se realizó la marcha ciudadana a favor del INE, en la que participaron decenas de miles de ciudadanos.

Por supuesto los partidos políticos de oposición no pudieron abstenerse de participar y colgarse de esta causa, aunque también las pluris son un hueso que vale la pena defender.

Desde entonces, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha descalificado de todas las formas posibles la expresión ciudadana que dio al traste con la ansiada reforma al INE. Le ha calado tan hondo, que decidió convocar a una marcha que si bien se publicitó como para celebrar la 4T, en el fondo es clara su intolerancia a cualquier tipo de crítica.

Desde que se anunció la marcha, fue evidente que el presidente no lo estaba tomando muy bien. La idea de que un grupo que no fuera suyo tomara las calles le causó una especie de indigestión política. Desde que asumió el poder no había tenido una protesta ciudadana tan nutrida, parece que lo vencieron en su propio terreno.

Aunque, mientras la oposición no
ofrezca nada a la ciudadanía no hay siquiera una competencia política de cara a la elección de 2024.

La marcha le dejo claro que existe un musculo social y político capaz de enfrentarlo; que, si bien se ha encargado de desarticular a la oposición.

Su convocatoria responde claramente a un golpe a su ego, tan es así, que no escatimó en insultos para quienes asistieron a la marcha a favor del INE.

Está haciendo una lectura errónea de la realidad, tal vez no ha entendido que denostar y atacar a las clases medias ha sido un error que puede costarle en el 2024.

Con una marcha “ciudadana” promovida desde el gobierno, lo único que quiere demostrar es poder.  Se le olvida que fue el apoyo de empresarios y las clases medias por lo que pudo obtener su victoria en 2018, a diferencia de sus intentos anteriores.

Tal vez estadísticamente las clases medias solo representan el 16% de la población, pero somos muchas las personas a las que no nos alcanza el ingreso para ser clase media, pero que así es como nos percibimos y creemos que aspirar a una vida mejor no nos hace conservadoras.

Podemos hacer un paralelismo cuando el presidente Gustavo Díaz Ordaz convocó a la manifestación de “desagravio” a la bandera nacional después de que el movimiento estudiantil izó en su lugar una rojinegra de huelga en el zócalo.

¿Retroceso democrático?
Yo creo que sí.

A diferencia de las marchas que AMLO organizaba desde la oposición la base será una estructura política aliada al poder y no una base social real, con los beneficiarios de los programas sociales.

Con esta marcha, esta inaugurando otro nivel de intolerancia (sumando a la que tiene en contra de feministas, defensorxs de derechos, ambientalistas y periodistas).

Pese a ser un excelente estratega político, este tipo de desplantes muestra su infantilismo. Evidencia que su único interés, es asegurar el poder y no resolver las crisis que nos aquejan, tales como inflación, inseguridad, baja productividad, entre otras.