¿Cuántos desaparecidos más?

 

 

➡️Contraste

➡️Indiferencia 

➡️El General 

➡️Soledad 

Por Norma Galarza 

Contraste.- El sábado, una suntuosa boda congregó a la élite poderosa de Zacatecas, que valiéndose de la Guardia Nacional, cerró la calle De Fátima de la colonia Sierra de Alica, en la capital del Estado. Un día más que pudo pasar desapercibido por los vecinos de esa zona, a no ser por el excesivo despliegue táctico para proteger al junior del poder.  Se casó uno de los hijos de David Monreal, lo que provocó de las fuerzas del orden, labores extremas  de vigilancia para cuidar su evento religioso. Horas después, cerca de las 4 de la mañana del domingo, a escasos 29.7 kilómetros de la barroca ciudad, en el rancho El Potrerito de Malpaso, en el municipio de Villanueva, un grupo armado secuestró a 7 jóvenes. A menos de un kilómetro de la Unidad Regional de Seguridad (Unirse), desde la media noche, se había desatado el infierno en Malpaso. Los hombres armados disparaban sus armas en las calles de ese lugar, sin que nadie se atreviera a asomar la nariz. Con total impunidad, la delincuencia entró a los domicilios  y se llevó, mientras sometía a sus familiares a punta de armas largas, a los adolescentes cuyas edades oscilan entre los 14 y los 18 años de edad. Algunos iban descalzos, como relató ayer el familiar de dos de ellos durante el bloqueo de la Unirse.

 Indiferencia.- Ayer, mientras el gobernador repartía ayudas escolares en Fresnillo, familiares de los niños secuestrados, se instalaron en ese elefante blanco, en un grito desesperado por recuperar con vida a sus seres queridos.  Desde las 11 de la mañana, bloquearon ambas vías de la carretera federal 54 para exigir atención de David Monreal. El medio de comunicación NTR,  levantó la evidencia del dolor que sufre nuestro estado de forma cotidiana. Una madre con la voz desgarrada, señalaba todavía:  “Creo en David, creo en tu cambio, demuéstramelo David. Demuéstrame que es un cambio, quiero a mi hijo, quiero a mis hijos, los queremos y los queremos vivos. No soy parte del gobierno, sino anduvieran helicópteros anduvieran drones, pero soy sociedad”… Repetía con voz cortada “Creo David, creo en tu gobierno, pero devuélveme a mi hijo. Cuando anduvimos en tu campaña nos dabas la cara, no es tu campaña y te escondes”. David Monreal nunca llegó, nunca dio la cara. Ni lo hará. 

El General.- En su lugar, fueron atendidos por el secretario de seguridad Arturo Medina Mayoral, a quien le bastó un momento de reclamo, para exigir que no le gritaran.  En la segunda transmisión en vivo de el medio de comunicación aquí aludido, un padre reclama la falta de atención, pero el General se impacienta. El video fue bajado de las redes, pero ya había sido visto por unas 500 personas. También los atendió personal de la Fiscalía, aunque pedían a su titular, él tampoco se dignó en ir hasta el lugar de la protesta. Pasaron horas. Al momento de cerrar esta edición, las familias continuaban su bloqueo. Solos. Unas cuantas personas, que sufren no solo la apatía de las autoridades, sino el desinterés de sus vecinos y los habitantes de esta tierra. La realidad es que, como nunca en la historia reciente, el Zacatecas que duele, esta solo.

Soledad.-  Aquí, quienes alzan la voz terminan siendo presas de una lacerante soledad. Los campesinos están solos, las mujeres víctimas de acoso en el C5, padecen las consecuencias de hablar, solas.   Están solos los trabajadores del Sector Salud, los empleados de la Fiscalía, los jubilados del Issstezac, están solos. Los sectores que hoy sufren los estragos de un gobierno incapaz, están solos pero tampoco se unen al acompañamiento de los que hoy sienten en carne propia,  las familias víctimas de la delincuencia. Tampoco nos unimos todos.  Los que peregrinan por sus desaparecidos no pueden seguir tan solos. Es simple. Hoy son ellos y mañana podemos ser nosotros.  Ya basta de una sociedad distraída que parece esperar  a que la desgracia toque a su puerta para, por fin, unirse a la ola de seres que exigen ser escuchados.  Citar a Martin Niemöller, no podía ser más adecuado: Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre… 

¿Usted todavía no está hasta la madre? Yo ya. 

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