¿Dónde queda Dinamarca? El Covid-19 y la crisis del sistema de salud mexicano

 

 

Por Christian Adalid del Havre

 

No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda”

Bob Marley

Hace unos años se paralizó el mundo con un virus del lejano oriente, no sabemos si maquinado o preparado en caldo de cultivo, llegó a nuestro país dejando  luto  a la sociedad entera.  Temíamos que el respiro en la reunión con amigos, familia o la vida cotidiana seria el ultimo que dábamos. El virus se llevó a más de 800 mil mexicanos cercanos, lejanos y extraños.

Mientras la tragedia pasaba y corría por todos los rincones, las autoridades, grises y opacas, desconocían  qué hacer. En ese trance de dolor y soledad, en vísperas de una nueva elección, el gobierno oculto información, hizo a un lado las recomendaciones mundiales y se burló de una sociedad creyente y de fe.

En medio de la tormenta, la administración federal,  dejó de hacer para simular, en primer lugar no le dio importancia a las alertas emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al mencionar que era solo una ‘gripita’, que se podía contener con remedios de la abuela a base de infusiones de té y caldos.  Generó la narrativa para los fervientes seguidores que replicaban el mantra sin cansancio, hasta que este virus tocaba  a la puerta de su casa.

El encargado de cuidar la salud de los mexicanos, desapareció en medio de las conferencias matutinas y vespertinas.  Un incapaz Hugo López Gatell, alias “doctor muerte”, salía en su nombre a decir que la prevención no era necesaria, que el cubreboca era un exceso y que las medidas de distanciamiento y filtros no servían de nada. Él mismo mencionó que esta pandemia en México estaba domada, que sería una tragedia mayúscula si acaso hubiera al menos 60 mil muertos, la cifra quedo ridículamente superada al igual que su capacidad profesional.

En medio de la tragedia, todo se hizo mofa y burla para distraer la importancia que tenía este mal, esta estrategia de comunicación desgraciadamente la generó el propio presidente Andrés López, desde su convocatoria a dar abrazos y besos a todos, hasta la payasada del “detente” al amparo de imágenes religiosas.  Lo que cayó en la desfachatez, fue que se dijera que él no se contagiaba por su calidad moral y ética, cosa que quedó desechada por los más de tres contagios que sufrió.

En la Ciudad de los Palacios, donde gobernaba Claudia, no solo siguieron al pie de la letra estas ocurrencias, sino que además se experimento con los ciudadanos enfermos con medicamentos no aprobados.

Los hospitales públicos se transformaron y se saturaron, no cabían los internados y las largas filas para las pruebas superaron las expectativas, tanto así, que los privados tuvieron que salir al rescate y a hacer su agosto.

El sistema de salud acababa de ser colapsado al eliminar el seguro popular, la mayor parte de la población estaba en la indefensión al no contar con una  herramienta para velar por la salud propia y de la familia.

¿Qué decir del antes eficiente y mundialmente reconocido sistema de vacunación nacional, que se utilizó como andamiaje electoral, más que como prevención a la salud, además para financiar regímenes autoritarios con la compra de vacunas dudosas, las cuales aún estamos padeciendo y que ya no tienen beneficio alguno?

Fuimos el país que tuvo más muertos entre profesionales de la salud.  Médicos y enfermeras no soltaron la toalla a pesar de su cansancio extremo, estrés y falta de apoyo del gobierno.  Para ese sector que estuvo al pie de lucha, mis felicitaciones y reconocimiento para ellas y ellos, fueron las primeras víctimas porque la 4T  concentró las vacunad en su rendimiento electoral más que en la estrategia de salud.

La improvisación también le tocó al sistema educativo que sucumbió al encierro y a las clases a distancia, que hicieron que a raíz de esto y las nulas políticas públicas, la brecha entre los socios comerciales que tenemos se hiciera más grande dejando a varias generaciones marcadas por el retraso.

La orfandad a raíz de este mal y la inseguridad, han hecho que en 10 a 20 años veamos si la resilencia fue suficiente para enfrentar las ausencias.

Aquí es donde te pregunto ¿ya estamos como Dinamarca, tienes la atención médica que mereces, los medicamentos son suficientes y necesarios para combatir tus padecimientos? ¿Las instalaciones son adecuadas para tu atención? Si eres personal de salud  ¿Cuentas con los insumos necesarios para atender a una población cada vez más grande? ¿Tienes los medios necesarios para desempeñar con profesionalismo y seguridad tu trabajo?

Estamos frente al rebrote de una de las variantes del virus, en varios países están poniendo alerta por su evolución, ya que sus hospitales están saturándose nuevamente, si bien ya no tiene la letalidad como la primera ola, si es muy contagioso.

El asunto es como va a actuar nuestra autoridades  ¿nuevamente con mezquindad, buscando el beneficio electoral, ocultando información, burlándose de la prevención y utilizando a la población para sus intereses particulares?

En esta parte final te pregunto ¿Quieres seguir con este tipo de gobierno que en el tema de salud dejo mucho que desear, que busca su continuidad o ya es momento de darle vuelta a la hoja y dejar la tragicomedia en un sexenio perdido?

AVISO: Ve a renovar tu credencial del INE, tienes hasta el 22 enero, los módulos están abiertos también los sábados.

Christian del Havre

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