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Hoy se cumplen 13 días de que Arturo Medina Mayoral protestó como Secretario de Seguridad Pública. El sucesor de Adolfo Marín, ya va para su primer quincena y aunque es temprano para medir su desempeño, los homicidios no han parado desde su primer día. Ajenos a los cambios administrativos, los grupos criminales no cesan de sembrar el horror. Es tan grave e imparable el tema del homicidio doloso que según el registro diario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, del 1 al 10 de febrero en nuestro estado asesinaron a 42 personas.
A los datos obtenidos del Registro de Homicidios Dolosos de Fuentes Abiertas, se suman 4 más, ocurridos el sábado y el domingo. Un total de 46 asesinatos, que dan cuenta que en nuestra entidad, en lo que va de febrero han muerto en hechos violentos un promedio de 3.8 personas por día. Entre ellos, el ex director de la Policía Estatal Preventiva Manuel de Jesús Chávez Reyes, quien tenía días de haber dejado la corporación que hoy encabeza el General de una amplia trayectoria.
Con ese asesinato sigue la tendencia nuestra entidad, de ser la más peligrosa de México para ser policía. Desde que se instauró el régimen de la Nueva Gobernanza, han ejecutado a más de 60 elementos de diversas corporaciones. Por ello, al tercer Secretario de Seguridad en los casi 17 meses desde que empezó la administración de David Monreal, le toca aplicar una fórmula diferente a la que se ha aplicado. Necesitamos un funcionario que no actúe de manera inercial, como lo han hecho sus antecesores desde hace al menos 10 años.
Es cierto que la columna vertebral de los programas que encabeza su dependencia son la prevención de los delitos, empero, para prevenir es tarde, urge que se haga frente al problema y de manera coordinada con la Guardia Nacional, que da la percepción de nada más pasearse en las calles de municipios y comunidades del estado
En la corporación que cambió de titular desde el primero de febrero domina la necesidad de remover estructuras añejas. Urge un reacomodo que termine con vicios antiguos como la excesiva burocracia administrativa que mama gran parte del presupuesto, mientras los elementos en activo son deficientes. En necesario que se gaste de manera eficiente y transparente el presupuesto, aumentó este año en más de 100 millones de pesos. En ese sentido, la Secretaría de Seguridad Pública ejerce 1 mil 863 millones de pesos.
De la cantidad mencionada, 1 mil 166 mdp, se destinan al capítulo 1000, que corresponde a servicios personales. La secretaría cuanta hoy con poco más de mil elementos operativos, que carecen de equipo táctico para hacer frente a la delincuencia y de un programa cercano a la población, eficiente en materia preventiva. En materia de combate al problema ya desbordado, agréguele el déficit en armamento, chalecos anti balas y la existencia de una flotilla vehicular obsoleta. Si bien, hace días se cacareó que a Zacatecas se le destinarán 212.8 mdp adicionales provenientes del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP), ese monto es insuficiente para cubrir los rubros a los que se debe etiquetar. Dichos rubros son el diseño de políticas públicas para prevención de violencia, profesionalización policial, tecnología, infraestructura y equipamiento de apoyo a la operación policial, entre otros.