El fenómeno Xóchitl Gálvez

Por Pilar Pino Acevedo

Martha Xóchitl Gálvez Ruiz se ha convertido en un fenómeno político de la noche a la mañana, irónicamente gracias a Andrés Manuel López Obrador

Primero, al cerrarle las puerta de la mañanera negándose a cumplir con la sentencia de un juicio de amparo para ejercer su derecho de réplica.

Segundo, siendo atacada directamente desde el púlpito matutino evidenciando intolerancia y miedo a una persona que no estaba en el radar.

AMLO no soporta que alguien le quite los reflectores y le cambie el juego político,  ya que podría hacer temblar sus planes sucesorios.

En las filas del PAN, Xóchitl es un  personaje marginal e ignorado.

De súbito, se convirtió en la esperanza de la oposición para dar  batalla en el camino  presidencial.

No es la candidata natural de las dirigencias de los tres partidos que integran el Frente Amplio por México (PRI, PAN y PRD), que seguramente preferirían a uno de los suyos.

Sin embargo, sus predilectos son figuras vinculadas al pasado que generan en la población muy pocas expectativas de triunfo-por no decir ninguna-, así lo muestran los sondeos de manera categórica.

La senadora Gálvez es un personaje incómodo para la dirigencia del blanquiazul, pero buena candidata a la hora de conseguir votos.

En un universo paralelo, ella sería la candidata soñada del líder moral de Morena. De origen indígena, de familia humilde, originaria de  Tepatepec, Hidalgo, tiene una trayectoria ligada a la cultura del esfuerzo.

En su infancia y juventud,  vendió gelatinas y trabajó en el registro civil de su pueblo como escribiente para pagarse los estudios.

Graduada con honores en Ingeniería en computación de la UNAM, es especialista en inteligencia artificial, sustentabilidad y ahorro de energía.

En su carrera política, fue jefa delegacional en la Miguel Hidalgo, es empresaria, directora de la Comisión Nacional de los Pueblos indígenas y creadora de la “Fundación Porvenir” dedicada al apoyo de niños con desnutrición de zonas marginadas.

En el año 2000 fue galardonada por el Foro Económico de Davos, Suiza, como uno de los 100 líderes globales del futuro.

Actualmente, es de los pocos perfiles  con capacidad de respuesta parecida a la del presidente, a quien ha acusado asertivamente de machismo.

Durante la primera semana de su aparición como posible candidata de la oposición – de la campaña que “no es campaña”- por la Presidencia de la República, la senadora ha realizado una difusión inteligente  de su plataforma política, haciendo uso de la inteligencia artificial.

Ha sido tendencia en las principales redes sociales, logrando destronar al hábil comunicador que vive en Palacio Nacional.

Si bien el mundo digital no necesariamente empata con el real, si es un indicador de la realidad, y Gálvez nos ha sorprendido al alcanzar niveles de aceptación equiparable a los que arrastraba  Santiago Creel, pero en tan solo una semana.

Claudio X González, empresario, activista e impulsor de la alianza que posiblemente abanderará ella, percibió la capacidad de crecimiento de Xóchitl, pues ofrece cualidades que pueden ser explotadas en una campaña mediática.

Al tener ascendencia otomí, imagen desparpajada y lenguaje coloquial, de orígenes humildes, podría tener resonancia entre los votantes que favorecen de forma natural a los candidatos de Morena.

El maniqueísmo construido por AMLO entre un proyecto popular y otro fifí, podría beneficiarle a Xóchitl. Claro está, considerando que luego de las elecciones internas se tendrán nueve meses para los comicios definitivos.

La aspirante  tendría, de entrada,  el grueso del voto anti obradorista, lo que no le alcanza, pero podría atraer un porcentaje considerable de los ciudadanos indecisos, obradoristas moderados y/o descontentos con la 4T.

El lastre que tiene que cargar se encuentra en los partidos que la respaldan. Uno de ellos es la reputación de los dirigentes tanto del PRI como del PAN.

Lo positivo hasta ahora,  es que un proceso electoral que se veía aburrido y con un final predecible,  ya no tendrá ese fantasma de monotonía, dado el estilo  antisistémico de la campaña y los mensajes de Xóchitl Gálvez, y las campañas plagadas de errores, de las ‘corcholatas’.

A diferencia de otras alternativas, Gálvez es la única que puede constituirse como una amenaza real a la certidumbre que posee Morena, donde si bien  se percibe que podría ganar, con competencia, sera por  un margen menor al esperado.

Si no creemos ese escenario, basta recordar lo ocurrido  en los recientes comicios del Estado de México y Coahuila.