El INSABI y la distancia entre prometer y cumplir.

Al entrar el año, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio banderazo a la nueva reforma al Sistema de Salud con la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que en teoría  ofrecerá servicios gratuitos de primer y segundo nivel a toda la población mexicana.

Pese a que lo anterior tiene sustento en el artículo cuarto constitucional que garantiza el derecho a la salud para todas las personas; y obliga al Estado a ser garante de ésta disposición a través de políticas públicas, en la práctica es una promesa que enfrentará un cúmulo de obstáculos, por la falta de recursos. 

En cuestiones de Salud, nuestro país carga una historia de insuficiencia desde que en 1943, se crea la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA), que mutó a Secretaría de Salud. También el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),  nació en la década de los cuarentas y en los 50´s se fundó el Instituto de Seguridad Social y Servicios de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Todos, resultando insuficientes para el total de la población que se multiplicó 4 veces en los últimos 60 años.

No obstante, la búsqueda de la actual administración por una sociedad más justa que reconoce y pretende paliar la realidad de México,donde imperan la pobreza y la desigualdad. Coadyuvar a que las familias gasten menos en salud, es una acción de justicia social. En ese sentido,  diversos estudios indican que el gasto federal en años pasados en salud disminuyó, poniendo a miles en desventaja por su condición de no asegurados.

Al respecto Roberto Soto Esquivel, docente investigador de la Unidad de Estudios de Desarrollo de la UAZ comentó que 8 de 10 personas que cayeron en pobreza alimentaria y que realizaron gastos en salud no estaban aseguradas; no obstante, quienes se sitúan en los deciles más altos pueden caer en pobreza porque atienden servicios de salud privados y muchas veces pueden representar gastos enormes. Estos casos, en su mayoría, se ubican en zonas rurales.

En este tenor, el académico afirmó que por justicia social se debe de contar con un sistema de salud público, universal y gratuito; como existe en otros países como Canadá, Inglaterra, países nórdicos y Cuba; lo que ayudaría a disminuir las brechas de desigualdad, incrementando el consumo, aumentando el crecimiento. 

Una reforma  al sistema de salud de ese calado, comienza a construir el llamado Estado de Bienestar, al que aspira (al menos en retórica)llegar la actual administración federal.

El modelo de economía mixta, denominado keynesiano,  se instauró luego de la II Guerra Mundial en países occidentales, con políticas públicas para mejorar las condiciones de vida y engrosar la clase media que diera estabilidad económica a estos países. Éste se sostiene en tres pilares: la gratuidad y universalidad de educación, salud de alta calidad; y, seguro de desempleo que garantiza un ingreso mínimo de subsistencia.

Sin embargo, lo que lleva de tiempo Morena en el poder,  enfrenta retos de grandes magnitudes como un crecimiento económico que no despega. En ese sentido, si la economía continúa sin crecer más del 2 por ciento, la captación fiscal, será marginal comprometiendo seriamente el gasto público.

Además, la negativa de López Obrador de una reforma fiscal en la que acreciente el número de contribuyentes y no le cargue la mano a los cautivos, pone cada vez más lejos el cumplimiento de la promesa de lograr para nuestro país un Estado de Bienestar Pleno.

Finalmente, sin demeritar las buenas intenciones de este gobierno, para hacer promesas tan ambiciosas primero se deben sentar las bases de una economía fuerte que contribuya a sentar las bases de una real Cuarta Transformación.

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