(Cronología de complicidades y -presuntos- desencuentros )
Por Norma Galarza
“Si algo nos ha enseñado la historia, es que no aprendemos nada de la historia”
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (filósofo alemán)
➡️ El aprendiz de Ricardo Monreal.
➡️ Entre declinaciones y prestanombres.
➡️El juego «al gato y el ratón» que inició Soledad Luévano.
➡️➡️Pacto de transición Tello-David y un aburrido reciclaje de la guerra mediática contra Alonso.
De salida
➡️La escultura -con cargo al erario capitalino- que nadie pidió.
El aprendiz de Ricardo Monreal.– Los lazos entre Miguel Alejandro Alonso Reyes (MAAR) y los Monreal son profundos y añejos. El actual líder moral del PRI en Zacatecas hizo sus primeras incursiones en el mundo de la política, junto a quien fue senador y diputado federal por el tricolor antes de 1998. Ya en ese año, tras la ruptura con el Revolucionario Institucional, Ricardo Monreal, como candidato del PRD a la gubernatura, lo convirtió en su secretario privado y luego en secretario particular del Ejecutivo estatal desde 1999 hasta 2001 (consultar enlace al final del párrafo). Durante el proceso electoral de 2009-2010, Ricardo y David Monreal militaban en el PT de Alberto Anaya. El líder del clan familiar, era senador de la República y desde ahí intentó por primera vez (fueron tres intentos: 2010, 2016 y 2021) llevar a su hermano a la gubernatura. David estaba a punto de concluir una administración fallida como alcalde de Fresnillo, y el panorama electoral no le era favorable. Por esa razón, reciclaron al pupilo Alonso, para garantizar la permanencia del apellido en la esfera del poder.
Da clic aquí
Entre declinaciones y prestanombres.- Con la certeza de que la campaña a la gubernatura de David sería un fracaso, en consenso, los hermanos decidieron que sería Alonso Reyes el encargado permitir la continuidad de «La marca». El pacto se selló con la declinación de quien hoy mal gobierna Zacatecas. En el poder, el priista pagó con creces la alianza con su padre putativo. Al grado de conformar un gabinete de leales y ex funcionarios del ahora morenista, tales como Le Roy Barragán, Arturo Nahle, Guillermo Huízar y hasta un joven Héctor Pastor, al que nombró director del DIF. También entregó contratos millonarios de obra pública al más visible prestanombres de Ricardo: Guadalupe Bañuelos, socio de Grupo Constructor Plata. Recordemos que dicha empresa se consolidó durante sexenio 1998-2004, ya que, según una investigación de Animal Político, obtuvo contratos por más de 3 mil millones de pesos. Prueba de los nexos entre la constructora y los de Puebla del Palmar, son las 7 gasolineras de la filial Grupo Multiservicios la Plata, de las que es accionista Eldaa Catalina Monreal Pérez.
El juego «al gato y el ratón» que inició Soledad Luévano.-La paradoja, es que casi al final del sexenio “En movimiento”( el 10 de octubre de 2015) , como decía el eslogan, Soledad Luévano Cantú fue la que exhibió que “Lupe” Bañuelos, era el segundo contratista favorito del Alonsismo. La entonces diputada local, increpó al ex secretario de Finanzas, Fernando Soto, durante la comparecencia en el marco de la glosa del sexto informe. Habĺó de los «constructores consentidos», los que según sus dichos, constituían el entramado de corrupción del militante del PRI. Su postura consta en la transcripción de un fragmento de la sesión legislativa publicada por el periódico Expresión Zacatecas (clic aquí). Afirmó entonces, a manera de reclamo, que el representante legal de Grupo Plata, Rumbo constructora y, Tierra y espacio, había recibido más de 300 millones de pesos. Calló, sin embargo, que ese monto era un porcenaje mínimo, comparado con lo que facturó el consorcio de 1998 a 2004. Desde su encargo en la LXI legislatura en adelante, la obra pública en el gobierno de Alonso Reyes ha sido su arsenal político electoral. Lo curioso, es que, del desfalco que se ha acusado al del tricolor -desde 2012 hasta hoy ( hace mas de 10 años)-, sólo hay 3 funcionarios castigados. Eso comprueba que son más ruido que nueces, los embates de los vasallos del Monrealismo. Fernando Soto fue uno de los funcionarios sancionados. El ex secretario de Finanzas de MAAR, sin duda, fungió como chivo expiatorio en el quinquenio de Alejandro Tello Cristerna. Lógicamente, el amigo de Alonso, sacrificó al alfil para proteger a los verdaderos peces gordos.
➡️Pacto de transición Tello-David y un aburrido reciclaje de la guerra mediática contra Alonso .- Ya en 2021, quedó mas claro que el enfrentamiento entre los priistas y los Monreal, es una farsa. Fue evidente que ellos plancharon el terreno para que llegara David Monreal a la gubernatura. Ricardo Olivares y Jorge Miranda, piezas clave en el entramado de corrupción que han achacado a Alonso, fueron dados en tributo por Tello al nuevo titular del ejecutivo. Digo que son piezas clave por que a ellos dos les tocó maquillar las cifras y enderezar el barco del naufragio del antecesor de Alejandro Tello. Pero David decidió ignorar esa premisa, y continuar la retórica – que inició la ex contadora de Ricardo- de culpar al político hoy diputado federal, de los males del Estado, agravados hoy. No obstante, le falla la congruencia. Mientras su lengua acusa desfalco y «herencias malditas», en la Función Pública se simula a la hora de castigar la presunta corrupción del pasado. Lo hizo Humbelina Elizabeth López Loera, igual que Ernesto González Romo. Con ese contexto, queda claro que son llamaradas de petate, las acusaciones tanto el discípulo, como de su maestra, la actual diputada federal Luévano Cantú. Forman parte del mismo show, la histriónica respuestas del aludido ex gobernador priista. Además, para ilustrar su mentira, queda, que, como lo exhibió Gabriel en sus columnas: Los acaparadores de la obra pública del 5 de julio de 2022 y Un «discreto intermediario», publicada en octubre de 2025; los contratos millonarios a los Bañuelos, continuan en la Nueva gobernanza. Ergo, ¿Qué quieren ocultar, los que en realidad, conforman una red de oscuros enjuagues y de protección mutua que sobrepasa partidos y periodos administrativos? Usted juzgue.