Por Norma Galarza
«No importa cuántas palabras sagradas hayas leído, no importa cuántas has dicho, no sirven de nada si no actúas de acuerdo a ellas«
Siddhartha Gautama (Buda)
➡️Del «yo sí te creo», al «yo sí te ignoro»
➡️Los machos con curul
➡️Traicionaron a sus hijas, hermanas y madres
Del «yo sí te creo», al «yo sí te ignoro».- Se difumina la diferencia entre el David Monreal candidato tocando en público a una mujer, y las y los diputados que el martes votaron en contra de quitarle el fuero a un presunto agresor sexual. Nueve legisladores de origen zacatecano -entre los que se cuenta a pretendientes a la gubernatura- impidieron que Cuauhtémoc Blanco enfrentara un proceso legal en su contra, por presuntamente, abusar de su media hermana Nidia Fabiola Blanco Fernández. No conformes con solapar a quien según la víctima, intentó violarla cuando era gobernador de Morelos, un grupo de mujeres entre las que se encontraba Julia Olguín Serna, corearon el más bochornoso !No estás solo! la consigna feminista. Entre las paisanas que solaparon el agravio, también estuvieron Soledad Luévano Cantú de Morena y Fuensanta Guerrero Esquivel del PRI, ellas desenfundaron un puñal simbólico contra sus congéneres. En contra, votó Noemí Luna Ayala del PAN, que luego, en entrevista con Adela Micha -junto con Ivonne Ortega de MC y María Teresa Ealy de Morena-, soltó una frase lapidaria. «Pasaron del yo sí te creo al yo sí te ignoro», dijo, en referencia a muchas diputadas que habían marchado el 8 de Marzo, simulando apoyo a la causa. De todo el brete, es lamentable la sospecha de que detrás de todo el andamiaje del Estado para proteger a un presunto abusador sexual, hay una mano que mece la cuna. ¿La de Claudia Sheinbaum Pardo o la de AMLO? Es la pregunta. Ella, exhibió tibieza en su mañanera, al usar el mismo pretexto de los priistas que avalaron al agresor de mujeres: “No se armó bien la carpeta de investigación”, señaló, como quien descubre el hilo negro. Después, reiteró la cantaleta que sonó más hueca que nunca de que siempre va a defender a las mujeres. Empero, se le cayó la máscara a la primera mujer presidenta ( con A). No fue capaz de mostrar la misma indignación que cuando pidió dejar en paz al presidente (sic) López Obrador.
Los machos con curul.- En jauría, a favor del ex gobernador de Morelos, y dizque obedeciendo la orden de Ricardo Monreal -organizador de la fiesta de la impunidad- alzaron la mano, olvidando fingidas rencillas, morenistas y sus aliados Verdes, algunos petistas, lo mismo que sus aliados de facto del PRI. Se asume que los últimos por salvarle el pellejo a Alejandro Moreno, amagado por la 4T con el desafuero. Votó, al igual que la diputada ya mencionada, el enemigo imaginario de Ernesto González Romo, Miguel Alejandro Alonso Reyes. De los morenistas, Ulises Mejía olvidó a las feministas que le acompañaron en su campaña y también emitió un sufragio ominoso a favor de un presunto delincuente. No faltó, en el pateo simbólico al derecho de una mujer, a que la autoridad investigue a su presunto agresor, el de Río Grande, Alfonso Ramírez Cuéllar. Sí, el mismo aspirante a gobernador de Zacatecas, que orinó en su congruencia, porque antes había presentado una iniciativa para eliminar el fuero. A la violencia institucional contra una de las víctimas del ex futbolista, al que permitieron hablar en una sesión vomitiva de la “ legislatura de la paridad”, se sumó por supuesto José Narro Céspedes, quien claro está, entiende que moral es un árbol de moras. También Carlos Puente Salas, otro parásito del sistema, respaldó el fuero de la ignominia. Él, como Mejía Haro y Ramírez Cuéllar, ya alzó la mano como aspirante a la gubernatura en 2027, lo que demuestra que a parte de farsantes, son unos vulgares ambiciosos.
Traicionaron a sus hijas, hermanas, madres.- El mensaje que mandan es claro: las mujeres no tienen derecho a una vida libre de violencia y mucho menos si su agresor pertenece a la élite política. Ellas y ellos, que seguramente tienen hijas y madre (aunque no parezca), echaron por la borda la legitima aspiración de las mujeres de su entorno a una vida sin acoso sexual, violencia sexual, física, psicológica o económica. Son ellos los que perpetúan un sistema patriarcal en el que seguramente alguna de las mujeres cercanas es o será víctima. Y no sería raro. En este país, de acuerdo a datos del INEGI, el 70.1 por ciento de las niñas y mujeres, sufrieron o sufrirán ,cualquier tipo de violencia a lo largo de su vida. El martes en la Máxima tribuna, exhibieron que son cómplices de que 100 mujeres y niñas sean agredidas sexualmente cada hora en este país, como señalan datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública (SESSP). Ricardo Monreal (cuya hija mayor se dice feminista), Ulises Mejía, Miguel Alonso Reyes, Alfonso Ramírez Cuéllar, Soledad Luévano, Fuensanta Guerrero, José Narro Céspedes, Carlos Puente Salas y Julia Olguín Serna (solo por mencionar a los zacatecanos); le dijeron a sus hijas, a sus madres y hermanas. que no les importa si alguna vez una de ellas es víctima. Les aclararon que ellas y ellos son el sistema, que están en el puesto para perpetuar una tara de violencia crónica, sin importar que digan que llegó el cambio. Con ese panorama desolador de marco, solo queda preguntar ¿De verdad llegamos todas?