“Con la violencia olvidamos quiénes somos”Mary McCarthy
Por Christian del Havre
Firma del Pacto de Construcción de Paz
En las últimas semanas, como cada semana desde hace ya más de 13 años, hemos tenido noticias que han roto la superficialidad cotidiana y que han hecho de la violencia una manifestación a la cual la sociedad está acostumbrándose, como a un vicio al que le agregas más dosis para poder sentir sus efectos.
Los efectos de la inseguridad y la ola de terror, nos dejan estupefactos sobre la forma en la que el ser humano está perdiendo los límites de la cordura al hacerle daño a otro, y cómo a través del miedo y la corrupción, buscan controlar territorios.
La violencia tiene dos matices que se complementan, es una cuestión personal y social; el primero porque compete a una actitud ante la sociedad, una decisión de seguir reproduciendo patrones en los ambientes en los que nos desarrollamos. Un ejemplo de ello es el hallazgo de una pistola de petardos entre las pertenencias de un alumno de secundaria de 13 años en la capital.El asunto es analizar si la usó para amedrentar o defenderse; para reproducir una moda o para generar un control.
Es una responsabilidad social, porque el Estado como organización política social del ser humano, según la idea de los clásicos es la única entidad de ejercer violencia en favor de la misma sociedad, pero además que si hay mayores niveles de violencia se generan quiebres en la convivencia social.
Entonces la violencia se puede enmarcar en lo dicho por Jean Marie Domenach «cualquier acto de comisión u omisión y cualquier condición que resulte de dichos actos, que prive a los sujetos de igualdad de derechos y libertades y lo interfiera con su máximo desarrollo y libertad de elegir«, esto nos lleva a lo que se ha padecido en últimos años, recrudecido con la falta de estado, por una estrategia de seguridad errática de “abrazos,no balazos”, donde ya no puedes transitar por las carreteras, salir a comprar la comida o simplemente a divertirte sin tener la incertidumbre si volverás a ver la luz del día.
Hace unas horas se dijo que se cambiaría al Secretario de Seguridad Pública del Estado, se va un General Adolfo Marín, por una presión social, por tanto dolor, frustración e impotencia que han causado el actuar de la autoridad.Se espera que el posible nuevo secretario, palomeado desde Palacio Nacional, dé resultados. El asunto aquí es la falta de una estrategia nacional que quiera actuar contra el crimen y esperemos que Zacatecas nuevamente tenga su autonomía soberana e implemente una estrategia.
Ya no es posible seguir teniendo notas de personal de salud, maestros, comerciantes, estudiantes, agentes de seguridad o familias, amedrentadas, vejadas, desaparecidas o fallecidas, dejemos de ver la barbarie como un tema de entretenimiento y generemos vínculos de paz.
Esperemos que los foros que está organizando Gobierno del Estado y la pastoral de la Iglesia Católica rindan frutos, ya que en medio de la vorágine de la violencia y de la falta de acuerdos,necesitamos el dialogo y el seguimiento a las propuesta sociales.
«La paz no puede consistir únicamente en la ausencia de conflictos armados, sino que entraña principalmente un proceso de progreso, de justicia y de respeto mutuo dentro y entre los pueblos. La paz fundada en la injusticia y la violación de los derechos humanos no puede ser duradera y conduce inevitablemente a la violencia» según lo dicho en la UNESCO ya hace varias décadas, es necesario volver a tejer un sistema social, es necesario volver a ser humanos.