Ernesto González Romo y su insistencia en desviar reflectores del gobierno de David Monreal

De izquierda a derecha: Lindy Bugarín, González Romo, Sergio Esquivel y Carlos Peña
Norma Galarza es economista por la UAZ y columnista en La Cueva del Lobo

«Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros».

Groucho Marx

➡️Un discurso lleno de lugares comunes 

➡️El falso zar anticorrupción

➡️¿Honestidad o cortinas de humo?

De salida

➡️¿Vero Díaz en campaña?


Un discurso lleno de lugares comunes
“Una disculpa de antemano por el tono que utilizo, pero no soporto a los corruptos”. Fue una de las frases «matonas» con las que Ernesto González Romo aderezó su comparecencia ante la LXV Legislatura. En petit comité, en el vestíbulo del Congreso, rindió cuentas. La columna vertebral de su exposición ante los zacatecanos fue un rosario de lugares comunes. Reiteró su supuesta fobia contra el gobierno de Miguel Alonso Reyes, sin reparar que, a estas alturas, su empeño resulta estéril. ¿La razón? Seguramente las denuncias que presentó su madre putativa, Soledad Luévano, ya prescribieron. Lo más grave es que el exgobernador priista parece ser solo el “patiño” de una tragicomedia diseñada para desviar la atención de la corrupción actual. Además, es probable que González Romo sepa que, si escarba en la corrupción alonsista, más de un Monreal —sus verdaderos patrones— podría salir raspado. No sería casualidad: las obras más costosas del sexenio de MAR involucraron a presuntos prestanombres ligados al apellido.

El secretario de la Función Pública y las comisiones anfitrionas

El falso zar anticorrupción

A pesar de todo, González Romo continúa en su papel de fingido zar contra la corrupción. Como quien pretende exorcizar un fantasma peligroso, repitió la palabra hasta el hartazgo. Y como si la honestidad llegara por invocación, también la mencionó como un mantra. Sin considerar que su discurso provoca pena ajena, presumió entre sus “logros” la creación del Museo de la Corrupción en el edificio del otrora Centro Cultural. Curiosamente, ha emprendido una cruzada contra esa infraestructura, a pesar de que en su construcción participó “Lupe” Bañuelos, uno de los presuntos prestanombres de su patrón real. Tampoco mencionó el tropiezo cuando su ocurrencia molestó a padres de familia cuyos hijos ahora estudian en el Bachillerato Militarizado que ocupa ese espacio. Para no salirse del guion sobre las raterías del pasado, habló de la demolición de las apodadas “Glorietas de la Muerte”, como si fuera una panacea. Lo que no dijo fue cuánto costará el numerito, aunque es evidente que se están invirtiendo recursos públicos.

¿Honestidad o cortinas de humo?

Ufano, insistió en la retórica de que lucha para que la honestidad se ponga de moda. Incluso aseguró que los corruptos son infelices y que en la rectitud se encuentra la verdadera felicidad. No lo dudo, pero quizá los funcionarios de David Monreal tienen otros datos. ¿Se dará cuenta de que, en medio de la nula gobernanza, el “año de Hidalgo” —ese de “chingue a su madre el que deje algo”— comenzó desde el primer día? Habló de las “patrullas de la honestidad”, que según él han atendido a 4 mil personas entre ciudadanos y turistas. También aludió al programa “Trámite Honesto” —sí, volvió a repetir la palabra como letanía—, que consiste en acompañar a personas para que no les cobren trámites gratuitos. Sobre el caso Milpillas, en la administración de Alejandro Tello, afirmó que ya se envió un expediente para la inhabilitación de empresarios y servidores públicos involucrados. Como punto positivo, queda su promesa de hacer eficiente el recién centralizado órgano de transparencia. Al respecto, señaló haber resuelto de manera positiva el 99% de las solicitudes de información. Así gastó más de 20 minutos de exposición. Sin embargo, cuando los diputados lo interrogaron sobre el opaco Viaducto Elevado, dio largas y se salió por la tangente. Así las cosas con nuestro flamante secretario de la Función Pública: distrae con cloacas ajenas para intentar tapar las propias. Pero ya no se puede…

De salida

¿Vero Díaz en campaña?

Imagen del spot sobre el primer informe de Vero Díaz

Aunque parecía decidida a no informar sobre su escasa labor en el Senado de la República, Verónica Díaz —la “delfín” de David Monreal para la gubernatura— comenzó ayer a promover sus acciones en la Cámara Alta. No solo proliferan bardas con su nombre en la zona conurbada. En redes sociales circula un promocional de su «trabajo» legislativo, donde se afirma que impulsó el Plan C y 21 reformas constitucionales. Sin embargo, según la página oficial del Senado, solo participó en 13 iniciativas durante todo el año, y únicamente 6 de ellas fueron en solitario. Esto contrasta con las 37 iniciativas de su cuñado Saúl. La jiribilla del spot la aporta la frase electorera “Es tiempo de mujeres”, que recuerda al eslogan de Amalia García: “Es tiempo de las mujeres”. Esperemos que Claudia Sheinbaum no tenga tanto desprecio por Zacatecas como para permitir una reelección de facto del “más inteligente de los Monreal”. Nuestra tierra no podría resistir otros seis años de saqueo e incapacidad. 0 ¿Usted qué opina?

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