Pese a que a nivel nacional y en el estado somos minoría en la toma de decisiones, hoy muchos jóvenes zacatecanos están alzando la mano para poder participar en la construcción de la democracia.
La situación actual de la población joven es el desempleo y salarios precarios. Hasta diciembre del 2020, casi 500 mil jóvenes entre 15 y 29 años perdieron su empleo a causa de la contingencia y no lograron recuperarlo, según las estadísticas oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Otro de los temas preocupantes es que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sitúa a uno de los municipios en el estado con mayor percepción de inseguridad, lo que significa que el desempleo, la falta de oportunidades para estudiar, está empujando a la población joven a las filas de la delincuencia.
¿Cómo y quién puede salvar este barco? Nacer y crecer en un país gobernado por la gerontocracia significa haber creído que solo había una forma de hacer política; como la del compadrazgo, las relaciones por encima de la formación académica, y nos hicieron creer que eso estaba bien, que la política era exclusiva de unas cuantas familias.
Ante la evidente crisis de representación y la baja confianza de los ciudadanos en los partidos políticos, se requiere de un cambio generacional en los cuadros y liderazgos, por lo que es necesario que las agrupaciones hagan un análisis del porqué no han logrado convencer a la población.
2021 será el año de las elecciones intermedias, el año en que los jóvenes tomen las riendas de este país, de éste estado, con ello se romperán los paradigmas de la vieja clase política. La participación nos demostrará el quehacer del activismo para sacar adelante a los zacatecanos, pero desde las bases de las juventudes.
