“Si le mientes al gobierno, es un crimen. Si el gobierno te miente a ti, es política” Bill Murray
En este 2023 se renovarán los poderes de dos estados, pero a finales de año iniciará lamadre de las campañaspor la renovación de la presidencia, senadurías, diputaciones, gubernaturas y ayuntamientos. Por ende, comenzaran a correr promesas populares, pero debemos tener cuidado porque del plato a la boca se cae la sopa. En nuestro país, se ha hecho tradición que, quien tiene más posibilidades es aquel político que promete y promete, aunque no siempre cumple; pero aquí es donde debemos reflexionar como ciudadanos (si es que somos esos habitantes mayores de 18 que reflexionamos nuestro quehacer público) esa frase que aparece en tantos memes “un pueblo que elige a corruptos no es víctima, es cómplice”.
En ese sentido, nuestro deber es analizar o al menos pensar en si las soluciones que plantea tal o cual candidato son viables; si ese político tiene una trayectoria consistente o si por el contrario, ha cambiado de piel y discurso según la ocasión; si en los encargos que ha desempeñado sirvió de forma transparente y eficiente;si lo respalda una institución sólida y finalmente, si su forma de vida corresponde a su trabajo.
Estamos ante un crisis institucional donde la verdad es velada por los “otros datos” que se acomodan según la conveniencia, las pruebas de esto las vemos con el actual presidente y los gobernadores que están a su servicio.
Se prometió desmilitarizar al país, de enviar a los cuarteles a los militares; pero se convirtieron en los principales socios del presidente y su partido; segúnestudios de universidades mexicanas, más de 246 tareas que realizaban civiles ahora son de ámbito militar entre ellas salud, seguridad pública, construcción, educación y aduanas; sin embargo no hay resultados en materia de seguridad y combate al crimen, lo que sí es que la alta milicia cuenta con privilegios y se han destapado actos de corrupción y gastos excesivos como los viajes a países exóticos del general secretario de la defensa nacional. Ahora, cuando se cuestiona esta militarización, se dice que es justificada por el alto índice de inseguridad.
Se prometió acabar con la corrupción, se ha dicho no somos iguales; pero se tienegrabados entrega de billetes a los hermanos del presidente, contratos millonarios a familiares y amigos; prebendas y desarrollos estratégicos a amigos como los de grupo Vidanta; contratos a sobreprecio en el sector salud beneficiando a uno de los hijos de Manuel Bartlet y a el delegado del Bienestar en Jalisco; la estafa insignia del sexenio, SEGALMEX, que opaca a la estafa maestra y representaría la mitad del presupuesto de nuestros estado; lo preocupante es que se justifican estas tropelías diciendo que o son aportaciones para el movimiento o que las personas son honorables, honestas y que el presidente no duda de su integridad ¿dónde quedo pues el combate a la corrupción?
Primero los pobres, un eslogan muy atractivo y con mucho sentido social, pero nada más errado en los tiempos de la cuarta porque según el CONEVAL en nuestro país hay 4 millones más de pobres en esta transformación, además 15 millones se quedaron sin seguridad social. A las infancias no les ha ido mejor.Otros 14 millones de pequeños entre cero y seis años no tienen un lugar capacitado que los cuide; cerca de 4 millones de menores fueron afectados con el cierre de las escuelas de tiempo completo donde se ofrecían más horas de clases y un refrigerio; se ha justificado su cierre con la tan llevada y traída corrupción. ¿Y qué decir del riesgo san sanitario que implica la carencia de inmunológicos contra enfermedades que ya estaban erradicadas?
Ni hablemos del desarrollo carretero, el campo, la ciencia y tecnología donde están dando tiros de gracia, pero se justifican en sus obras faraónicas del sureste. Si bien el cambiar de opinión es marca de la cuarta transformación para justificar sus desaciertos, malas decisiones o mal gobierno; ya es un síndrome muy real, que además se hace de forma descarada y cínica a tal grado que varios de sus connotados militantes un día están enarbolando causas ciudadanas,velando por la ley, al otro se arrojan a los brazos del líder máximo de cuarta, arengándolo y enalteciendo su gestión.
Porque así como este personaje de ficción creado por Roberto Gómez Bolaños los de cuarta, como dicen una cosa dicen otra.Es justo tener claro,que si bien es cierto la política y sus actores están en uno de los momentos más oscuros de la historia del país,es necesario dejar de justificar la mediocridad, la mentira y el cinismo, optar por opciones auténticas y soluciones viables; en este momento recuerdo aquella frase del auténtico demócrata Manuel Clouthier “el objetivo no es cambiar de amo, sino dejar de ser perro”.