La «Herencia maldita» de la Nueva gobernanza (Parte II)

Por Christian del Havre  

¿Cuál es la esencia de un buen gobierno? no resolver los asuntos con precipitación y no buscar el propio provecho. Confucio

Nuestra entidad  esta inmersa en una isla de la pobreza y subdesarrollo con regiones de alrededor pujantes como el norte y bajío industrializados, en una época donde el nearshoring esta buscando y generando polos de desarrollo, pero son necesarias la comunicación y transporte, certeza jurídica, mano de obra calificada y seguridad pública.

Este ultimo tema ha sido desde hace varios sexenios el talón de Aquiles de las administraciones, pero con un ingrediente que lo ha sazonado mas, la política pública de abrazos, no balazos que ha derivado en que el crimen organizado se apodere de territorios y pueblos, incluyendo carreteras y actividades.

Aunque ha habido esfuerzos de la sociedad civil por apoyar en la construcción social, como los foros de la paz promovidos por la Iglesia Católica, hablar bien de Zacatecas para atraer el turismo, a iniciativa de un puñado de empresarios, no se ha podido generar un cambio al  toparse con una dura realidad, esa a la que el gobierno estatal y sus voceros quieren hacer caso omiso.

¿Cómo se puede establecer una multinacional cuando hay poblados que tienen constantemente ejecuciones y hasta granadas; donde quien controla e impone su ley es el crimen; que controla la venta de productos como frijol, ganado, cerveza y cigarrillos, entre otros?

También dónde es el cartel en turno el que controla las carreteras que son utilizadas, no solo para asaltar, sino para extorsionar al gobierno.

El problema de la herencia del 18, es que se dejó de lado una estrategia para combatir al crimen y su asedio, se disminuyeron los recursos para la capacitación y equipamiento; aunado a ello quien llegó al gobierno del estado implementó y apoyó las políticas del gobierno de la República.

Se dice que la mejor política para combatir la inseguridad es la generación de empleos y desarrollo; pero la combinación de la pandemia, la inseguridad y la falta de mantenimiento de las vías de comunicación han hecho estragos en las inversiones en el estado, a tal grado que somos la entidad con menos inversión.

Un baluarte de nuestra economía era la industria sin chimeneas, el turismo que ya no se ve como antaño. Hay varias razones de ello, la principal la inseguridad. Otra, la falta de visión para atraer a públicos específicos, la falta de generación de productos que generen desarrollo y experiencias; dar certeza para la creación de eventos y buscar consolidar las fechas que daban vida al centro dela ciudad y a los municipios del estado.

La “Herencia maldita” no solo es la corrupción trans sexenal, la inseguridad enquistada, sino también una clase política y económica que esta rotándose y mimetizándose.

Que fue parte de los días desolados de Romo, pasaron a ser parte del rebelde amarillo del 98 y así han sido camaleónicos hasta la fecha sin ruborizarse ya con casi treinta años en un estado que no tiene rumbo, ni guía para el progreso y el futuro.

La “Herencia maldita” seguirá mientras no se renueven los ánimos, no haya comunicación con la sociedad y se le den respuestas, mas que justificaciones;  estará,  mientras la burocracia dorada siga siendo la élite próspera en una entidad con hambre.  Estará presente mientras siga la opacidad y simulación en favor de los familiares y amigos.

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