La historia oficial, una película sobre hacer lo correcto o seguir en la zona de confort.

 

 Por Norma Galarza[author] [author_image timthumb=’on’]https://lacuevadellobo.mx/site/wp-content/uploads/2016/09/10551098_10205904391762577_7530896506276784084_n.jpg[/author_image] [author_info]Economista, aprendiz de periodista twittea como @normagala[/author_info] [/author]

Aunque es una película que se estrenó hace ya 35 años, La historia oficial debe estar en tu lista de filmes que no te puedes perder si es que te consideras cinéfilo. Y es que, si como decía el escritor George Orwell, la historia la escriben los vencedores, esta cinta muestra que, la oficial alrededor del mundo, ha estado plagada de mentiras.

En México sabemos de eso con casos emblemáticos ocurridos en el pasado reciente. Desde la frase “hoy es un día nublado” que marcó para siempre al periodista Jacobo Zabludowsky durante la matanza de Tlatelolco, hasta la verdad histórica de Enrique Peña Nieto sobre los desaparecidos de Ayotzinapa.

En Argentina el encubrimiento de los horrores genocidas a cargo de la dictadura militar que encabezaron Emilio Massera, Jorge Videla y Orlando Agosti, fueron naturalizados no sólo en el ámbito mediático sino también entre sectores de la población de aquel país tendientes a minimizar una tragedia de grandes magnitudes.

Con esta cinta de 1985, Luis Puenzo desnuda una  versión de la verdad que no se verá nunca publicada en los libros de texto y es confinada a los recovecos de la memoria de algunos, sembrado la duda colectiva de su existencia.

Es una película valiente ya que se llevó a las salas de cine 2 años después de terminada la dictadura cívico-militar que desapareció al menos a 30 mil personas de acuerdo a organismos internacionales de derechos humanos. La trama gira en torno a una de las más de 300 niñas y niños que fueron arrebatados de sus madres al nacer y entregados a familias con afinidades políticas a la dictadura.

 La vértebra de la cinta  ganadora del Óscar a mejor película extranjera en 1986, se basa en la búsqueda de Alicia una maestra de historia esposa de un empresario ligado a militares, sobre el verdadero origen de su hija, una pequeña de 6 años que recibió en adopción a inicios de la época Argentina del llamado Proceso de Reorganización Nacional.

Al empezar a hurgar en el pasado Alicia descubre la versión dolorosa de la historia; la que, sin embargo, le tocó vivir del lado de los verdugos.

La indagación implacable del personaje que interpreta magistralmente Norma Alejandro, la lleva a encontrar a una de las cientos de abuelas que en aquellos oscuros días perdieron no sólo a sus hijas o hijos sino que les fue arrancada la posibilidad de conocer a sus nietos.

 El filme se sostiene en los hechos reales de un pasaje histórico doloroso para los argentinos que dio origen a la organización famosa  Las abuelas de la plaza de mayo, que hasta el día de hoy siguen indagando el paradero de sus hijos y nietos.

 El punto de inflexión en el que la protagonista decide que en la balanza de lo éticamente correcto pesa más conocer la verdad que seguir en la ceguera cómoda aunque esa decisión trastoque todo su estilo de vida, es revelador.

 Ante su necesidad de saber, Alicia descubre su sometimiento al autoengaño porque la verdad no es fácil de digerir, no obstante que conocerla pueda resultar liberador. Sin duda es una de las mejores películas que he visto. Quizá exagero, pero para que se desengañe, véala. Está en Netflix.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *