Por Christian del Havre
“El desarrollo es más que un número, desarrollo es la libertad para tener las cosas que uno desea y valora”.
Amartya Sen (Premio Nobel de Economía)
El optimismo está a flor de piel en los círculos económicos del gobierno federal, ya que este primer trimestre, la economía mexicana creció 3.2%, superando en mucho, las expectativas que se tenían planteadas.
Este crecimiento inusitado, se debió al aumento de exportaciones, es decir lo que se vende al extranjero y al consumo interno, que seguramente está siendo impulsado por los programas sociales de transferencia de efectivo y las remesas desde el país vecino del norte.
Pero este entusiasmo pronto esta por caer, ya que todas las calificadoras tienen una proyección de crecimiento entre el 0.8 al 1.3 % de crecimiento anual, es decir nada. Se argumenta que ya estamos en recesión, es decir, que la economía mexicana no está avanzando como debería. No es una crisis o devaluación, pero sí una pausa.
La noche se viene, no solo por la falta de dinamismo económico de nuestra querida patria, sino por la deuda y el excesivo gasto público en proyectos que en lugar de generar ganancias, el gobierno los está manteniendo con nuestros impuestos, dejando las arcas vacías para enfrentar retos tan significativos como la salud, la infraestructura, las pensiones y jubilaciones, la seguridad pública y la educación.
Otro factor que no se midió, fue el de los posibles aranceles de Estados Unidos a industrias tan dinámicas e importantes como la automotriz, al acero y al aluminio; los aranceles a otros productos que no están incluidos en el TMEC, pero que tienen sus características, La amenaza de grabar las remesas y la persecución hacia los migrantes, con ello la desincentivación de envío de remesas que impactará en el gasto de las personas en México.
La noche que viene es, no solo caer en una recesión, sino en una profunda crisis al no generar recursos suficientes para el desarrollo pleno y en medio de una guerra comercial, con vueltas entre Estados Unidos y China; esperemos que las decisiones sean las correctas, pero se prevé que la Presidente no romperá con la política de su antecesor, actuará presionada bajo las ordenes de Trump, que usará a México como dique ante la migración, el trasiego de droga y las inversiones de China.
Ante esta situación y recordando la serie “Juego de Tronos”, la noche ya viene.
De colofón
Si al final, el gobierno del estado pierde la batalla del puente elevado, nos dejará varias preguntas. ¿Qué pasará con el recurso adelantado a la empresa?¿Los subejercicios o economías a donde se reinvertirán? ¿Si hubo recurso federal, a dónde se podrá asignar? Y ¿Qué opción alterna de movilidad tendrá el gobierno?