La trastienda #2: Jorge «Monreal» en la trastienda de las complicidades en Zacatecas

Por: Cuauhtémoc Calderón

En la trastienda del poder zacatecano, donde las decisiones se toman sin considerar a la ciudadanía, David Monreal ha vuelto a demostrar que el mérito y la capacidad son lo de menos. El nombramiento de Jorge Miranda Castro como Secretario de Economía no es una apuesta por el desarrollo del estado, es un pago de favores, un pacto de protección y una burla para quienes esperaban algo distinto.

Que no nos engañen: Jorge Miranda no llega al cargo por su experiencia ni por su talento. Llega porque prefieren un socio que un testigo, porque mantenerlo en la nómina garantiza que no se convierta en un problema político y porque en Zacatecas, la política sigue siendo un juego de complicidades.

Un pasado lleno de sombras

Miranda Castro no es una figura nueva en el escenario político zacatecano. Su paso por la alcaldía de la capital fue un desastre de principio a fin: ausencias constantes, un gobierno gris, promesas incumplidas y una total falta de compromiso con la ciudad. No perdió la elección por casualidad. Perdió porque la gente se cansó de su falta de trabajo y de su arrogancia.

Pero lo que más pesa sobre él no es su ineficacia, sino las acusaciones de corrupción que han marcado su trayectoria. Durante la campaña, su oponente, Miguel Varela, lo denunció por enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal, revelando que Miranda y su familia poseen más de 100 propiedades, una acumulación inexplicable para alguien cuya única fuente de ingresos ha sido el servicio público.

Este escándalo no es menor. Hablamos de una red familiar incrustada en el gobierno, con su hija como diputada, su hijo y su yerno en la nómina estatal y su poder económico creciendo a la sombra del presupuesto público. Un esquema que huele más a cacicazgo que a servicio público.

Un nombramiento sin lógica ni resultados

Que Jorge Miranda sea el nuevo Secretario de Economía es un insulto para Zacatecas y, también, una decisión sin lógica alguna. No tiene experiencia en la materia, no tiene un plan claro y su historial en la función pública demuestra que no es un hombre de resultados, sino de intereses.

El relevo de Rodrigo Castañeda, un secretario mediocre que nunca logró mejorar la situación económica del estado, tampoco cambia nada. Si Castañeda hundió aún más la economía de Zacatecas, Miranda no viene a rescatarla, sino a administrarla como un botín político.

La pregunta es simple: ¿qué puede ofrecer un personaje con su historial en un área que exige conocimiento, estrategia y capacidad de gestión? La respuesta es evidente: nada.

La trastienda de las complicidades

En la trastienda de Zacatecas, los nombramientos no responden a un proyecto de estado, sino a la necesidad de mantener contentos a los suyos. Miranda no está ahí por méritos ni resultados, sino para mantenerse en la nómina, blindarse políticamente y garantizar que todo siga igual.

Todo aparenta, que lo que pase en este gobierno cada vez será de trascendencia menor. Lo importante no es entrar a un barco a la deriva, sino construir el que verdaderamente pueda llevar a Zacatecas a otro rumbo. No con improvisaciones ni con cuotas políticas, sino con visión, estrategia y gente con capacidad. Porque la economía no se maneja con pactos de lealtad, se maneja con liderazgo y con resultados reales.

Y mientras eso no cambie, el desarrollo seguirá siendo un discurso vacío.