Las contradicciones de la oposición

Por Jorge Rada Luévano*

Después del vergonzoso debate presidencial constatamos  que los candidatos no son impolutos. Todos tienen actos reprochables en su trayectoria. Propios, de gente cercana, de su equipo, amigos o familiares. El sabor de boca que deja desde ahora esta elección, con tan pobres ingredientes, es amargo y desolador.  No se le puede llamar “candidatos” a tan falaces y miserables propuestas electorales.  Ser candidato por cuestiones circunstanciales o coyunturales, sin méritos ni experiencia política, es evidencia que los que van por los puestos lo hacen únicamente para satisfacer apetitos de poder  particulares. 

A esto se le denomina crisis de representatividad y partidocracia.  Los partidos políticos, todos, se turnan los espacios de decisión, sin representar el “interés público” y dejan patente que las instituciones públicas, están incondicionalmente al servicio de la clase política. Provocan con ello,  una nula división de poderes y anulan los contrapesos necesarios para una real democracia. 

“Que un poder frene a otro poder” dijo Montesquieu, pero en el régimen de partidos en el que vivimos, este principio no tiene aplicación, pues la clase política formula un pacto tácito entre ella con los partidos, con el objeto de proteger mutuos intereses. 

Veamos lo que ocurre en Zacatecas.  Mediante un ejercicio reflexivo de los actuales candidatos, podemos observar claramente que padecemos lo anteriormente dicho.  La mayoría de los candidatos llevan años en el el ejercicio público, cambian de playera en cada elección y después la pisotean siempre y cuando el acto, les garantice la continuidad en el cargo.  Piensan en acceder a los espacios del servicio público,  para garantizar remuneración mensual, aunque promuevan beneficios sociales que nunca llegan, al tiempo revelan que sus intenciones son una farsa.

Un emblema del pragmatismo de políticos que solo buscan sus intereses, ocurre en Jerez con la maestra María del Refugio Ávalos Márquez. La actual candidata de Morena a la alcaldía,  señalaba días antes, frente a sus similares diputados de oposición en el Congreso Local,  actos ilegales, omisivos y de corrupción del Gobierno de David Monreal Ávila.  En el proceso electoral, actual,  cambió radicalmente al pasar del PRI de centro derecha, al partido gobernante que se asume de izquierda, Morena. Con tal de ser candidata para gobernar aquel municipio,  echó tierra a sus discursos de franca opositora, práctica convertida en costumbre natural de los que ven la política como negocio.

Por ello la tendencia ciudadana es la de no acudir a las urnas. Seguramente, el próximo 2 de junio ganará el abstencionismo.  La clase política no esta a la altura de las necesidades actuales de los zacatecanos ni de los mexicanos en general. Son los mismos repartidos entre la obesa oferta partidista. Concluyamos. El diario El País, en una nota del periodista Zedryk Raziel, el 27 de octubre de 2022, refirió que “Alito” Moreno y Ricardo Monreal, negociaron la gobernatura de Zacatecas en 2021, en la que la senadora Claudia Anaya fue candidata de oposición contra David Monreal Ávila.  Si fue cierto el rumor que soltó con audios la gobernadora de Campeche Layda Sansores, los culpables de la situación actual de Zacatecas, siguen siendo los mismos que en el proceso electoral pasado.  Contradictorio ¿No? ¿Habrá un nuevo pacto? La respuesta sólo ellos la saben. 

*Jorge Rada es abogado de Zacatecas y representante legal del Colectivo Nacional Anticorrupción (Colecna)