¿Las tres garantías siguen vigentes?

 

Por Christian del Havre

La división en los pueblos es causa precisa de su desolación”. Agustín de Iturbide

 

El documento que dio rumbo a la independencia de la que hoy goza nuestra nación, fue el Plan de Iguala, presentado por Agustín de Iturbide. Contenía tres ejes: la libertad o independencia, la unidad y la igualdad entre todos. Había conceptos como la monarquía o la identidad religiosa única, que en estos tiempos de la pos verdad, no tienen cabida, al menos en occidente.

Más allá de las controversias que se pueden generar por la falta de contextualización histórica, el asunto es analizar si los objetivos que se tenían hace más de doscientos años, se actualizaron o están en crisis.

La libertad o inindependencia. Si bien es cierto que nuestra nación ya no depende políticamente de otra potestad mayor, somos el país un gran número de tratados de libre comercio, tenemos el mayor flujo económico con la mayor potencia del mundo. Estados Unidos es el principal proveedor de México, en 2021 la relación bilateral representó el 72.5% de las importaciones, mientras que Canadá aportó el 7.6%, Brasil y España el 20% restante, según fuentes de la SADER (Secretaria de Agricultura). En 2022 México importó 4,987 millones de dólares en maíz desde el país vecino, el grano más simbólico de nuestra nación y del que más variantes de consumo existen, es el que más se importa.

En el tema de temas, en mayo de este año, según el periódico Financial Times, la información recabada por el ejército norteamericano, decía: “ la actual administración, ha sido un periodo en el que las organizaciones delictivas han expandido su presencia y sus operaciones” y agrega que “las organizaciones criminales transnacionales que operan con regularidad en áreas sin gobierno, pasó del 30% al 35%”, aunque parezca que es más territorio y que el reporte militar se quedó corto, el hecho es que la libertad del ciudadano no está presente, de acuerdo a varias métricas sobre precepción de inseguridad y violencia en el mundo, el país tiene al menos 5 ciudades en el top 10 de la inseguridad, es decir, no hay libertad y existe miedo.

Podemos deducir que no somos independientes al no crear las condiciones para la autosuficiencia y desarrollo de nuestra nación, ni tenemos la libertad anhelada, ya que vivimos con miedo y bajo la ley del más fuerte.

Respecto al segundo eje, el de la unión, desgraciadamente, desde Palacio Nacional, diariamente y durante los últimos casi seis años, vimos como se clasificaba a los mexicanos en uno u otro bando, según sus esquemas de sometimiento y adoctrinamiento, entre chairos y fifís, entre otros apelativos que se repetían y clasificaban a la sociedad, generando con ello una política de comunicación polarizante.

Debemos estar bien claros que nuestra nación es un crisol de culturas regionales, esta variedad ha generado la riqueza culinaria y costumbres, con sus 68 lenguas indígenas reconocidas y sus 364 variantes; pero eso no genera separación sino una unidad variada, riqueza cultural, diferente a la polarización generada desde el poder.

El último eje, la igualdad. Aunque en su término más llano, significó la igualdad ante la ley, porque  pertenecieras a cualquier estrato social, debías ser respetado por la misma,  ya que la esclavitud fue abolida desde el virreinato. Hoy en día, si bien se goza de un fuerte sistema legal e institucional, donde se ha avanzado en el reconocimiento de derechos que se plasman en leyes y reglamentos, la igualdad está muy lejos de estar actualizada.

Se ha reconocido mediante cifras, que se redujo la brecha de pobreza en un 5% por las políticas del gobierno de repartir dinero y subir el salario mínimo, pero la pobreza extrema aumento más del 9%. Hay que recordar que la única forma que tiene una persona para alcanzar la tan anhelada movilidad social es en la mejora de sus ingresos mediante la educación. El problema está en que se eliminaron los organismos que se encargaban de la búsqueda en la calidad educativa y se generó una reforma de corte ideológico. Eliminaron herramientas tan útiles como las escuelas de tiempo completo y las guarderías, generando una migración al esquema privado por parte de familias.

En el tema de la salud, dejaron fuera a más de 30 millones de mexicanos que eran atendidos en el sector. Ahora la mayor parte de esas personas se atienden en las farmacias privadas que ofrecen un doctor, ya que el sistema de salud está colapsado, además que el problema de pacientes con enfermedades crónico degenerativas va en aumento porque se carecer de una política de mejora alimentaria.

Por otra parte, la igualdad ante la ley, no se resolverá con la reforma judicial que se impulsó desde el régimen, ya que esa reforma traerá más corrupción y no va a cambiar los métodos de prevención, investigación y mucho menos sentencia a favor de la verdad, sino a favor de quien detente el poder en el momento. El tercer anhelo del México independiente sigue en espera de ver su cumplimiento.

Espero que reflexionemos como mexicanos lo que nuestro libertador Agustín de Iturbide dijo: “Queremos sí, que gobierne la ley y no el capricho, que el gobierno haga nuestra felicidad (…), no nos guía el espíritu revolucionario, sino el deseo único del bien de la patria”.

 

Enhorabuena Miguel Varela, la voluntad popular prevaleció más allá de la trampa y el engaño, vienen tiempos mejores y aires de cambio en la capital.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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