Morena es mentira y medias verdades

 

Por Raymundo Moreno

 

Morena y sus voceros comunican de forma tramposa, mentirosa, chapucera, pero efectiva.

Reducen el diálogo público a líneas cortas y entendibles para cualquiera, pero cargadas de demagogia, falsedad, irresponsabilidad y manipulación.

Recientemente, en el marco de la reforma judicial impulsada obsesivamente por el Presidente, han repetido la fórmula, dicen sin empacho, que los jueces son corruptos y liberan criminales, luego deben ser sustituidos por el voto del pueblo bueno.

Merece la pena hacer algunas acotaciones:

1.- el Poder Judicial es solo una parte de la cadena de justicia que también incluye a las policías, las fiscalías y los órganos del Estado que imparten justicia administrativa, por ejemplo. Si se pretende una reforma que realmente redunde en una justicia de calidad para la gente, es indispensable comenzar con el propio Poder Ejecutivo, sin embargo, el fondo de la reforma no busca justicia, sino el control presidencial sobre ese Poder todavía autónomo de nuestra República.

2.- las y los juzgadores no liberan criminales, sino que resuelven con base en la Constitución y los derechos humanos, es decir, deben proteger al inocente. La retórica sobre los “sabadazos” pretende trasladar toda la responsabilidad a la judicatura cuando son las fiscalías las que deben integrar las carpetas, si las mismas tienen yerros un juez difícilmente podría sustentar una sentencia condenatoria. Hoy en México la mayoría de las fiscalías, incluida la de la República, están controladas por los poderes ejecutivos.

3.- el voto popular es una trampa que destruye la carrera judicial y abre la puerta para que los futuros juzgadores sean personas sin las capacidades para hacer su trabajo, es la reedición de la máxima lopezobradorista de 90% lealtad y 10% capacidad. En México más del 80% de los jueces son egresados de universidades públicas, todas y todos ellos llegaron al cargo a partir del esfuerzo y el mérito. Muchos comenzaron como meritorios, luego oficiales judiciales, actuarios, secretarios y finalmente jueces, trabajando y aprobando exámenes rigurosos. Esta reforma pone fin a esa tradición de esfuerzo y aniquila los sueños de miles de jóvenes abogados que ven en la carrera judicial un futuro de progreso profesional.

En suma, la reforma de morena así como el discurso oficialista obedecen a la misma estrategia que antes le ha resultado al Presidente: mentiras y medias verdades para convertir a este en el país de un solo hombre o una sola mujer.

 

 

 

 

 

Compartir esta página