Qué nivel tan decadente de gobierno tenemos que para legitimarse, orquesta ataques a la vida personal de periodistas con la finalidad de desacreditar su trabajo. Si bien es cierto que sus guerras de lodo respaldadas en infamias, no tienen el éxito que ellos quisieran por razones tan obvias como que los que acusan no tienen rostro, no es un acto que se deba minimizar. Eso porque además del daño que puedan ocasionar ese tipo de campañas a su víctima, constituyen un antecedente que puede escalar a la violencia letal. Sobre todo, porque a la estrategia de desprestigio contra un comunicador zacatecano, le antecedió la declaración desafortunada de David Monreal de que quienes ejercen «el oficio más bello del mundo» (Gabriel García Márquez, dixit), son «promotores de las organizaciones criminales».
En un país en el que el asesinato a comunicadores sucede con escabrosa regularidad y en un contexto que ya suma 48 homicidios dolosos de informadores(uno de ellos en Zacatecas), ningún ataque se debe ignorar.
Máxime, cuando según la organización Articulo 19 más de la mitad de los asesinatos no ocurre por documentar hechos de violencia, sino por exhibir -entre otras razones- actos de corrupción.
¿Es casualidad que a Heraclio Castillo se le agreda a raíz de investigaciones que documentan esquemas que acusan mal uso de los recursos públicos en el Gobierno del Estado? No. Es evidente que del gobierno vienen las acusaciones sin fundamento contra el comunicador -que la verdad no quiero repetir, por lo ruines que son-, ya que ni se tomaron la molestia de esconder que sirven a intereses de la Nueva Gobernanza.
Las “lumbreras” que se esconden detrás de la campaña de falsedades que ha circulado desde la semana pasada, no se tomaron la molestia ni de disfrazar sus intenciones. Con mentiras y a través de cobardes que no dan la cara, intentan dañar la imagen del director de Lalalá News que sustenta sus investigaciones periodísticas con documentos de consulta pública.
Ante el rigor informativo y la incapacidad para hacerle frente a las verdades incómodas, la única salida que les queda a los actuales administradores de los recursos, es el ataque desde el anonimato.
Es difícil ocultar que la cruzada contra Castillo Velázquez, tienen una sola fuente: El poder. Como ya dije, las páginas donde se publican no ocultan la línea que siguen. Empero, en la gestión actual no han entendido que la credibilidad se gana de maneras menos viles, no con campañas desde la obscuridad que ofenden el sentido común del zacatecano. A 6 meses de su arranque, el gobernador enfrenta una acentuada crisis en materia de aprobación y ese tipo de tácticas, demuestran desesperación.
De la desaprobación habla el ranking que calificó a los 32 gobernadores del país en la última entrega de Demoscopia Digital. El Gobierno no logra superar las bajas calificaciones y mes a mes, continua ocupando los últimos lugares en aprobación.
En el caso del que hablo, la casa encuestadora señala que sólo 28.7 por ciento de los que habitamos en ésta tierra están conformes con su desempeño. Lo más paradójico es que mientras él araña el subsuelo, 66.7 por ciento de los zacatecanos le demuestran respaldo a Andrés Manuel López Obrador.
Con ese panorama incierto para quienes mueven los hilos en la gobernanza, es más fácil atacar a periodistas que no les aplauden, en vez de intentar corregir los errores que repiten a pesar de ser su pesado lastre.
Las publicaciones que circularon en páginas de la red social de Zuckerberg, no sólo dañan al periodista del que hablan. Dañan a la sociedad porque no hay que olvidar que conocer a qué rubros se asigna el presupuesto y a quienes se beneficia, es nuestro derecho.
Es preocupante que ante el fracaso de sus estratagemas para opacar las verdades periodísticas, se recurra a la intimidación. De ahí que sea necesario estar alertas y emprender acciones que eviten que los intentos de intimidación tomen rumbos peligrosos.