Oswaldo Pinedo ¿Cómplice de corruptelas o no está en lo que debe estar? 

➡️Por la boca muere el pez

➡️La caja de Pandora

➡️¿No está en lo que está?

➡️Indignante

➡️Un problema para cada solución

Por la boca muere el pez.- ¿Será que en el gobierno de David Monreal tienen un manual para que actuar de forma deshonesta y torpe sea obligatorio? Oswaldo Pinedo, el secretario de salud, como pez murió por la boca. Una declaración desafortunada contra personal de Trabajo Social del Hospital General de Zacatecas, destapó irregularidades de las que el secretario, o no estaba enterado, o es cómplice.   Presuntas corruptelas cometidas no  por “los de abajo” sino por directivos cercanos a él. Seguramente, no imaginaba que su comentario radiofónico del martes, se le revertiría dejándolo como un funcionario  ajeno-según él- a la realidad interna del sector salud que encabeza. En la reunión de ayer con médicos, enfermeras y trabajadores sociales, quedó claro que las “mañas antiguas” que trató de endilgar al personal, son atribuibles a los funcionarios que él colocó:  Mario Rodríguez y “Crucita” Ávalos Rivera. 

La caja de Pandora.- El origen del problema que persiste en el hospital, achacado al director y a la administradora, fue expuesto el martes por Pinedo Barrios. Abrió la caja de Pandora, al declarar públicamente -para luego negarlo y decir que los medios tergiversaron sus dichos-, que existían las “malas prácticas” de enviar a la población a realizarse procedimientos a instituciones privadas.  Al hablar de las que llamó “mañas antiguas” dijo que ya se llevaba una investigación “y se tienen datos y casos” . No paró ahí,   en “La voz” radio,  invitó a la población a no pagar por  fuera los servicios no encontrados en el hospital, porque “tenemos la opción de buscar -en las instituciones públicas-… “por eso le pedimos a la población que se acerque y vemos cómo le solucionamos”. Con ello, el secretario minimizó las carencias de material y equipo que se agravaron en los centros hospitalarios desde que llegó la 4T. Minimizó también, la incapacidad gestora de los personajes que puso en los puestos de dirección del Hospital General “Luz González Cosío” . Y lo pagó caro.  Sus dichos fueron un polvorín que primero provocó la colocación de una lona afuera del HGZ en la que le exigían, de entrada, una disculpa pública. 

¿No está en lo que está?.- Tan grande se hizo la exigencia, que llamaron al sindicato a dirimir diferencias y a explicarle a Pinedo Barrios, una realidad interna que parece desconocer. Entonces, parafraseando a su patrón David Monreal ¿No está en lo que está? Y es que, en la concentración de ayer, se expusieron no sólo las carencias crónicas del hospital, también casos de corrupción atribuibles a directivos. Ejemplos  que hablan de una ambición desmedida similar a la que se ha develado en otras dependencias del “gobierno de la transformación”, como el SEDIF o Protección Civil.  Empero, ese actuar en el área mencionada, preocupa más porque provoca muertes. Seguramente hoy para el titular de salud, es nítida la idea de que en Trabajo Social solo cumplen indicaciones de arriba al enviar a la gente a centros de salud privados específicos. 

Indignante.- De lo dicho ayer, resaltaron dos temas expuestos -que al interior de la institución eran vox populi- atribuidos a la administradora, que causan especial indignación. El doctor Medellín, especialista en gastroenterología, denunció que a pesar que se consiguió equipo para endoscopias, este fue guardado durante 4 meses. Un largo periodo de tiempo en el que los pacientes tuvieron que pagar grandes sumas por ese servicio en el sector privado. Lo patético fue que el secretario de Salud afirmara que se enteró apenas hace días de la existencia de esos insumos. Con el pretexto de que no sabía, justificó que no se pusieran a disposición del público durante todo ese tiempo. ¿Le creemos?  Otro caso lo destapó el doctor Juan Carlos Ramírez al afirmar que desde noviembre se tenían 20 cajas de un medicamento reumatológico, que suele costar hasta 12 mil pesos. Dijo que al solicitar que se pusiera a disposición del público “Crucita” Ávalos negó que se tuviera en stock. Señaló que la funcionaria lo sacó de almacén, aceptando que sí existía hasta el mes pasado y que ya está a punto de cumplirse la fecha de caducidad del medicamento. Exhibió que esa provisión médica, se ocultó y luego se quiso sacar con prisa. Informó que a un mes de que expire, apenas de han recetado 4 porque “no son chocolates” para repartir a diestra y siniestra. 

Un problema para cada solución.- Al final de cuentas, increpar al Pinedo Barrios y exigir la destitución del director y la administrativa, no rindió los frutos deseados pese al rosario de quejas contra ellos. Tampoco rindió fruto la exigencia de disculpa pública ni la muestra de irregularidades que predominan en el hospital.  El secretario no dio soluciones ni salidas, trató de pasarle la responsabilidad de la destitución de sus trabajadores a la lideresa sindical Norma Castorena. Con evasivas, trató de achacarle a los medios de comunicación sus desafortunadas declaraciones. Todo ello provocó  la toma del área administrativa, acción, que hoy puede escalar a una manifestación pacífica de todo el personal. En resumen, el secretario, en lugar de calmar las aguas, provoca tsunamis ¿Le sorprende? A mí no. Parece que el requisito fundamental para ser funcionario en la nueva gobernanza, es el de saber generar un problema para cada  solución. Así las cosas. 

Feliz fin de semana 

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