Pese a la promoción adelantada, Morena dio su primer paso «oficial» para definir su candidatura presidencial

Por Norma Galarza

Con la unidad como bandera -al menos en apariencia-, ayer Morena llevó a cabo la sesión extraordinaria del Consejo Nacional para definir el proceso y las reglas de elección de su candidata o candidato a la Presidencia de la República. En un hotel de la Ciudad de México, reunió a sus consejeros nacionales y  sus funcionarios,  con los 6 aspirantes a ese cargo: 4 morenistas y dos de los aliados. Todos avalaron los acuerdos y salieron de esa reunión satisfechos, al menos así lo expresaron. La lista de aspirantes presidenciales se cerró con los nombres de:   Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila. Asimismo, se incluyó a Gerardo Fernández Noroña y a Manuel Velasco, los dos aspirantes del PT y el Verde. 

Los consensos fueron el primer paso en la búsqueda del poder entre los morenistas. Venían de un proceso de elección de consejeros internos en la que se dieron hasta con la cubeta. En esta ocasión dominó la “unidad”. Incluso el incómodo de Marcelo Ebrard, salió contento de la reunión porque le cumplieron la petición al fijar el 16 de junio  como fecha límite para dejar el cargo.  Claudia Sheinbaum aceptó esa regla a regañadientes, es a la aspirante que más perjudica  Y es que,  con ello se pretende que no se use el recurso público para promoción personal.  

También en el cónclave de ayer,  se definió el 19 de junio como el arranque “oficial” de la precampaña interna de los «defensores de la transformación”. Concluirá el 27 de agosto. El método de elección será a través de una encuesta. Cada aspirante podrá proponer empresa demoscópica para ello.  A  más tardar el 6 de septiembre saldrá humo negro de la sede nacional de Morena, que dará a conocer a la ungida -o ungido- para la candidatura  presidencial. Después de ese resultado, los no favorecidos tendrán que aplicar la dieta de agua y ajo: aguantarse y a joderse, los resultados serán inapelables. Empero, los no favorecidos tendrán su premio de consolación,  ya que la 4T les garantiza un lugar en la transición. 

Del rosario de buenas intenciones que a estas alturas ya pocos creen, es lógico que los aspirantes están obligados a adherirse a los documentos básicos y  no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.  Obviamente, hay que creerse la verborrea de que está prohibida la promoción con recursos públicos o el chantaje electoral con programas sociales. De aquí en adelante, hay que fingir que las bardas con las que Claudia Sheinbaum tapizó el país, aparecieron por arte de magia.   Lo mismo aplica para el resto de los aspirantes que han hecho su luchita ¿O a caso al secretario de Gobernación y a Ricardo Monreal les dieron propaganda gratis?  Pero eso ya quedó atrás, todo será diferente de aquí en adelante. Como en los procesos electorales que siguieron después de 2018, los morenistas juraron con la mano en la biblia de la 4T,  que ahora sí, “deveritas”, habrá piso parejo.  Asimismo, signaron un documento de veto a promocionarse en medios “conservadores” adversos al régimen del que forman parte. 

Pues así las cosas.  Pronto veremos quién será el primero en rebelarse. No será Ricardo Monreal, él -parafraseando al expresidente estadunidense, Donald Trump- ya está muy doblado. Hasta el miércoles. 

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