Por Christian del Havre
«Como se habla del castrismo al cuadrado yo me sumo al chavismo para hacerlo al cuadrado«.
Hugo Chávez
Se llegó el día esperado, ese donde el ciudadano tuvo una cita con la historia de este país, con la posibilidad de elegir a la primera mujer Presidente y definir el rumbo mediante la conformación mayoritaria de las cámaras en el congreso.
Hubo gran participación desde las primeras horas de la mañana, de hecho la novatez de muchos ffuncionarios electorales, hizo que se atrasara la apertura de casillas que ya tenían formaciones de ciudadanos desde muy temprano. La jornada pasó sin mayores contratiempos, salvo algunos, como el ingreso a la fuerza de la policía estatal a la comandancia municipal de Tlaltenango para el rescate de un operador de los Servidores de la Nación, el robo de urnas en Villa González Ortega y la detención de un representante general del candidato triunfador en la capital.
No se sabe si fue en conciencia propia o incentivados por algún apoyo, pero los ciudadanos le dieron un respaldo sin igual al proyecto de Nación que proponía Morena y sus aliados, con el casi 60% de la intención de la votación o lo que es lo mimismo, un respaldo de 5 millones de votos más a Claudia Sheinbaum de los que recibió Andrés Manuel, aún cuando la participación pasó de más del 63 por cciento en 2018 al 61 por ciento este 2024.
Así, Sheinbaum se levantó con el triunfo y con la consolidación de la mayoría calificada de ambas Cámaras, este nuevo mandato tendrá todo el poder para proponer y hacer los cambios que quiera.
Un paréntesis sería preguntarnos, como en aquel juego de la selección mexicana, si era o no penal, es lo mismo que decir si fue una participación promovida por los Servidores de la Nación o no, lo que la definió la elección. Al igual que en la final, el árbitro jamás actuó ni en contra de las mañaneras donde fue una constante promoción política y tampoco quiso ver la operación de los chalecos guindas. Mucho menos, la intervención del estado a favor de candidatos con uso de recursos públicos. Eso quedará para las mesas de análisis donde unos opinarán que sí y otros que no hubo penal.
Al final, creo que a estas alturas y después de un sexenio en el gobierno, no se puede seguir culpando al pasado de las ineficiencias o carencias gubernamentales. Tienen todo para implementar el plan C o el segundo piso, los votos ciudadanos les dieron esa facultad ahora veremos si en verdad tienen la voluntad de cambiar para bien a México o si solo será concentración de poder.
Recordemos que el Presidente presentó una serie de reformas donde planteaba un modelo político electoral diferente, un cambio en la estructura administrativa y el cambio del poder en México, la propuesta era desaparecer las facultades del INE y someterlo a la secretaria de gobernación, desde allí controlar las elecciones, las consultas y las revocaciones de mandato; acabar con los diputados y senadores plurinominales, es decir con 200 diputados y 64 senadores con ello quitarle la posibilidad a las minorías de generar contrapesos en la política; desaparecer facultades administrativas a las ya adelgazadas secretarias como la de infraestructura conocida como SCT, para pasarlas al ejercito. Otra reforma es que la Guardia Nacional tenga la posibilidad de anexarse al Ejercito con un mando militar; que los jueces y magistrados sean electos vía el voto popular y quitarle facultades a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Un cambio al fondo del sistema de pensiones de los trabajadores, entre otras modificaciones a la Carta Magna.
Ya en el intergobierno, Andrés Manuel quería tener definidos estos cambios, no sé si le alcance el periodo legislativo o si la nueva mandataria electa, le deje hacer sus 20 reformas del plan C, lo que queda claro es que a partir del domingo pasado la política ha cambiado y si los partidos no saben medir o leer a los ciudadanos, seguiremos viendo una aplanadora guinda, no solo con respaldo popular, también con el aparato del estado.
Lo que viene, se definirá el primer año de gobierno, la promesa fue consolidar el sistema populista de la cuarta transformación (avalado por las mayorías en las urnas), no exagero, en la plataforma política no decía otra cosa. En campaña, Claudia y los candidatos a legisladores, pregonaban lo mismo. Por esa razón, disiento de los expertos que dicen que Claudia será más incluyente, más tolerante y conciliadora. Al tiempo.