Por Pilar Pino Acevedo
“Las niñas, niños y adolescentes acusados de delitos supuestamente cometidos mientras estaban vinculados a grupos o fuerzas armadas, deberán ser considerados, en primer lugar, como víctimas contra derechos internacionales, no solamente como perpetradores”
UNICEF
Hace 20 años se consideraba a Zacatecas, una de las ciudades más seguras del país. Sin embargo, tras dos décadas de una absurda guerra contra los cárteles de la droga, es uno de los lugares más peligrosos del mundo. De acuerdo con Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, la capital y Fresnillo se encuentran en el ranking de las 50 ciudades más más peligrosas del orbe.
Cada poco, somos testigos de una masacre o algún evento que nos deja con escalofríos y la sensación de indefensión y vulnerabilidad, como el caso de los 7 adolescentes que fueron privados ilegalmente de su libertad, torturados y finalmente 6 de ellos asesinados brutalmente.
Una pérdida terrible para sus familias, que además, por si no fuera poco, se intentó criminalizarlos y victimizarlos desde la oficialidad. Además, que se filtró la identidad del sobreviviente, el lugar donde estaba e incluso fotografías, sin que el Estado le brindará una protección adecuada en caso de represalias contra él o sus familiares.
Antes que criminalizar a los jóvenes que ingresan dentro de los grupos del crimen, debemos entender el contexto en que lo hacen. El estudio del Complexity Science Hub de Viena que publicó el 19 de septiembre, la revista anglosajona Science, señala que “Reducir el reclutamiento de los cárteles es la única manera de bajar la violencia en México”.
Una de las principales conclusiones a las que llega dicho estudio, afirma que El narco en México, es el quinto empleador en el país, pues pagaron a alrededor de 175 mil personas en 2022. La única manera de acabar con él, pasa por evitar el reclutamiento de nuevos miembros. En conjunto, todas las organizaciones de esa actividad, son la quinta empresa empleadora más grande del país, sólo están por debajo de compañías como la embotelladora Femsa (321 mil), Walmart de México (231 mil), Manpower (203 mil) y América Móvil, de Carlos Slim (181 mil), pero los cárteles están por encima de compañías como Oxxo (168 mil), Bimbo (138 mil) y hasta la empresa estatal Pemex (124 mil).
Los autores de esta investigación de corte matemático, Rafael Prieto-Curiel, Gian Maria Campedelli y Alejandro Hope, encontraron que a pesar de los encarcelamientos de miles de presuntos delincuentes (lo que mantiene a los centros penitenciarios a punto del colapso), el tamaño de estas organizaciones es mayor que hace 10 años. Asimismo, casi dos de cada 10 personas del crimen pertenecen al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y uno de cada 10, al Cartel de Sinaloa. En estos datos solo se tiene en cuenta, a personas vinculadas directamente con la violencia, y no a otras personas relacionadas en las actividades financieras y de lavado de dinero.
En este sentido, el mismo análisis, también arroja que, en los últimos 10 años, 17% de sus integrantes han muerto. El ritmo de pérdida de integrantes (entre homicidios y detenciones), hace que necesiten reclutar 350 personas por mes para evitar su colapso. El reclutamiento forzado es el sistema más usado y también el más doloroso para las familias de lxs desaparecidxs. En nuestro estado, más de 3 mil 640 familias penan por no saber qué les ocurrió a sus seres queridos.
El estudio indica, que si el reclutamiento se redujera a la mitad, en 2027 su tamaño sería un 11% menor. Para ello, los tres órdenes de gobierno, tendrían que implementar políticas públicas integrales enfocadas a las y los jóvenes. Matemáticamente, una estrategia preventiva tendrá más éxito que la estrategia de confrontación directa. Pero si la delincuencia sigue al mismo ritmo de reclutamiento y violencia, en 2027 podría haber un 40% más de muertes y las organizaciones crecerían un 26 por ciento.
Por qué son reclutados niñas, niños y Adolescentes
El Informe Reclutamiento y Utilización de Niñas, Niños y Adolescentes por grupos delictivos en México, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) llega a la conclusión de que la razón por la que niñxs y jóvenes son vulnerados y utilizados por el crimen organizado esta relacionado con la violencia juvenil que impera en México, la cual va desde violencia intrafamiliar hasta situaciones de violencia social generalizada.
En este sentido, otro factor por el que son reclutados, es que no existe una vinculación entre el Sistema de Justicia para Adolescentes y el Sistema de Justicia para Adultos, por lo que, si una persona de entre 12 y 18 años de edad comete un delito la sentencia que recibe es mínima.
Diferenciación por sexo para el reclutamiento
En el caso de las niñas y adolescentes, se ha registrado que son utilizadas como esclavas sexuales, como mujeres de los comandantes y miembros de la organización, sometidas a la planificación forzada e, incluso son obligadas a abortar o a embarazos forzados. El informe de la Redim y la ONC también agrega los testimonios de niñas y adolescentes reclutadas por grupos delictivos. En éstos, declaran que eran forzadas a fungir como sicarias y encargadas de ejecutar a integrantes de grupos rivales.
En el caso de los niños y adolescentes son obligados a desempeñar labores como informantes o halcones, por lo que adquieren mayor responsabilidad y son utilizados para tareas más peligrosas, cómo trasladar mercancía ilegal o vigilar casas de seguridad. También son forzados a participar en conflictos armados que ponen en riesgo su vida, a participar y asistir a ejecuciones de secuestro y homicidios.
Existe evidencia del repunte de ciertos delitos y su evolución cualitativa -asesinatos más cruentos, regar cuerpos descuartizados, masacres, entre otros-. El reclutamiento de personas menores de edad es una “gran inversión” por varias razones: su constante necesidad de afecto y de pertenecer a un grupo y su predisposición a correr peligro.
Por último, la misma Redim tiene en sus datos que actualmente, en nuestro país, existen 93 mil niñas, niños y adolescentes en calidad de desaparecidos. No existe cifra sobre cuántos de ellas y ellos son usados para avivar la crisis de violencia por la que atraviesa México. ,