Arturo Nahle dio en clavo al afirmar que la impunidad es un factor “criminógeno que coadyuva a la violencia”. Entrevistado por Francisco Esparza, el Magistrado Presidente del TSJEZ, clarificó que si una persona “roba, mata, secuestra, viola y no pasa nada”, seguirá robando, matando, secuestrando… Nahle García también apuntó que la impunidad en el país se ubica por encima del 95 por ciento. En noviembre pasado, cuestionado por diario El sol de Zacatecas, afirmó que 9 de cada 10 homicidios que se comenten en nuestra demarcación, quedan impunes. En ese mismo medio, mencionó que la responsabilidad de esa cifra cae directamente en la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas.
Más allá de la opinión de quién encabeza el TSJEZ, en cuestión de desaparición forzada la impunidad es aún más preocupante. Es relevante la cifra de que 151 personas de 0 a 17 años de edad se encuentran desaparecidos en la entidad. El dato que arroja el Registro Nacional de Personas Desaparecidas de 2020 a la fecha, da cuenta de la gravedad de ese fenómeno. Resulta escabroso, que según la investigación de México Evalúa “Hallazgos desde lo local 2021: Zacatecas”, en ese año que menciona el estudio, quedaron impunes el 100 por ciento de los casos de desaparición investigados por la Fiscalía. Además, se presume que la cifra negra de los delitos que ocurren en la entidad -que no fueron denunciados ni investigados- ronda en un 95 por ciento.
Con ese contexto, y si bien desde la nueva gobernanza se privilegia el discurso de que “el anhelo” de David Monreal es traer la paz a los zacatecanos, como siempre, desde que la violencia se convirtió en el principal problema, no se ataca la impunidad. No se aquilata desde la autoridad, que ese rubro es relevante cuando se habla de la incidencia delictiva. La percepción entre las bandas criminales de que no hay castigo frente a los homicidios, secuestros, ataques armados, provoca que se realicen con mayor descaro.
En el círculo de muerte que conforman los municipios de Fresnillo, Jerez, Guadalupe y Zacatecas, las embestidas de la criminalidad son cada vez más públicas, la consigna parece ser la visibilidad. Ya no se esconden para cometer sus fechorías. Lo peor, es que el gobierno estatal no está interesado en ahondar en esa variable porque ha decidido que los enemigos de la entidad, no son los hombres armados que atemorizan a la sociedad, sino los medios informativos que difunden esa inocultable realidad.